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tra victoria más. Esta vez ante el Espanyol, un rival siempre peligroso, con un entrenador de muchos quilates -Quique siempre fue una de mis debilidades- y que dio guerra en Butarque hasta el último suspiro. «No puede ser de otra forma. Tenía que ser sufriendo«, dijo Garitano tras el partido. El 3-2 supone el tercer triunfo de los pepineros ante su público en cuatro partidos, se traduce en 28 puntos y alimenta las esperanzas de seguir haciendo historia en la Copa del Rey. Ayer salí de Butarque parando trenes con el pecho. No lo voy a negar. Salí de Butarque como el año del ascenso a Primera. Con las mismas sensaciones. Salí de Butarque pensando que el mes de enero lo había cambiado todo.

Alguno podrá alegar que queda un rato largo de temporada, que ahora llega el momento decisivo y que la Copa puede hacer perder puntos en Liga. De momento, esta última teoría se desvanece como un castillo de naipes. Me remito a los números: victorias frente a la Real Sociedad y los pericos, empate milagroso en Vitoria (derrota por la mínima con el Betis) y la madre de todos los partidos para el seguidor blanquiazul. El 1-2 en el Bernabéu que dio el pase a las semifinales. Chúpate esa calendario. El Lega ha derribado todas las etiquetas. «Que si la Copa debilita en Liga, que si la Copa sólo es rentable para los grandes, que si la Copa fuma». Argumentos que se hacen propios cuando uno queda eliminado. Cuando sabe que no puede hacer nada por estar donde le gustaría estar.

Volviendo a Butarque, dulce hogar como pocos, ayer disfrutó con la exhibición de Bustinza, aquel jugador que apenas había aparecido hasta el mes de diciembre. Da igual, ya saben los seguidores del Lega que para ir a la guerra será siempre el primer soldado. Ayer también la rompió Zaldua, pero el miércoles lo hizo Tito. Y también un Brasanac que va a más. Y Guerrero, que por fin encontró el gol que tanto merecía. Todo salió de cara a un equipo que está a solo dos días de afrontar uno de los partido más importantes en sus casi 90 años de vida. El Sevilla es el último escollo para que el Lega pueda luchar por un título. Seguir escribiendo las páginas más brillantes de su historia. No hace falta que retrocedan en la lectura, ya les dije al principio que enero lo había cambiado todo.