Open top menu

La fuerza del último minuto

Da igual cómo acabe esta temporada. Da igual si el Lega se salva, si termina el décimo o si acaba picando billete. Da igual, de verdad. Todo esto dará igual cuando llegue el momento de recordar a quién te abrazaste a las dos menos diez de aquel 2 de febrero de 2020. Algunos lo vieron de cuclillas, otros con los ojos cerrados, otros agarrados al móvil y otros -directamente- susurrando alguna plegaria a la Virgen de Butarque.

Algo tuvo que ver. Seguro. Sobre todo después de la retorcida temporada que está envolviendo a este Lega. Tres entrenadores, enemigos del VAR cada jornada y hasta Jonathan Silva jugando de portero. El vaso iba a rebosar hasta que Óscar puso ese balón en la escuadra y Butarque, al unísono, estalló de felicidad. Ya saben, la alegría del pobre. Ni tan siquiera sacaba al equipo del descenso, pero ahora todo ha vuelto a cobrar sentido.

De repente se olvidó el austero mercado de fichajes, el hartazgo de que todo salga del revés y la sensación de que el beso de La La Land siempre es para otros y nunca para el Leganés. Pero pasó de verdad, igual que la salvación ya no es una utopía, ni la palabra ‘desahucio’ forma parte de este Leganés de Aguirre formado por un grupo de hijos de puta que está dispuesto a seguir honrando al escudo del laurel. Y todo, por ese gol en el 93′. La fuerza del último segundo, del último minuto. Bendito fútbol.