Acabó el partido y todo el mundo sacó su teléfono. No había un solo pepinero sin sonrisa, ni recuerdo. Foto aquí, foto allí, ahora con el marcador y… ¡”espérate, que vuelven a salir los jugadores!”. Esa grada ha sido la mejor definición de felicidad que he visto en los últimos tiempos y no sólo por la victoria en casa del Córdoba, sino por la forma en que se produjo. Tres penaltis y tres expulsiones. El Lega perdía hasta el minuto 84. Un disparate.

“Hemos hecho historia, para nosotros estar segundos es la leche”, dijo el míster Asier Garitano tras el partido. Tan prudente como siempre vio desde el túnel la felicidad de sus chicos. Al vasco no le gustan los focos y dejó su protagonismo al resto. Esto ya no es noticia. Metió a Omar Ramos quitando al mejor Szymanowski y protegió la defensa con Luis Ruiz por el overbooking de amarillas. El don del Garitanismo, la varita mágica, ustedes saben. Por mucho que le cantaron, él se quedó sin la foto.

Quien más y quien menos fantaseó con el final de la Liga, la celebración en la Plaza Mayor y a Mantovani montando un quilombo como corresponde. Pero, ¡quietos ahí! Córdoba es una de esas cosas que te pasan por el camino sin saber si la meta te permitirá disfrutar de la postal que tanto habías imaginado. Pase lo que pase al final del trayecto, el Lega ya ha hecho más de lo exigible, más del derecho que tiene su afición a soñar, más de lo que dicen los presupuestos y más de lo que mi corazón estaba dispuesto a aguantar. No sabemos si habrá foto en la última etapa, pero la de El Arcángel no la borrará nadie. Feliz semana pepineros.

FOTO: LALIGA