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asi seguro que muchos no daban un euro por el Lega en su partido del sábado en Butarque. Es posible que muchos pensaran en los desenlaces más rocambolescos y negativos según el luminoso se acercaba a la recta final del encuentro. Es más, puede que más de uno repasara por su memoria la serie de partidos que a lo largo de la historia han enmudecido a un estadio que hasta hace bien poco, ansiaba vivir las mieles del éxito. Seguramente para muchos el pescado estaba vendido. Pero ahí estaba el Lega para tumbar de un golpe certero cualquier argumento que pusiera en tela de juicio su estabilidad en la categoría. Ganó con justicia a un Granada que sorprendentemente se plantó con una exagerada apuesta defensiva.

Felizmente ninguno de esos pensamientos negativos ocurrieron y el Lega que salió en Valencia, con el escudo de los laureles, mostrándose inoperante y falto de la dinámica positiva que le debió insuflar la victoria ante el Dépor, dio muestras de una gran actitud y aptitud ante un rival directo como el conjunto nazarí, demostrando así, que está muy metido en la consecución del objetivo de la salvación y que no va a permitir que este sueño se esfume cual ceniza.

Además, precisamente las malas sensaciones frente al equipo de la capital del Turia, dejaron un poso amargo pero que gracias al coraje e intensidad que se pusieron de manifiesto ante el Granada lo lograron difuminar. El Lega siempre quiso más que su rival y, especialmente en la segunda mitad, puso sobre el tapete todas las variantes posibles para lograr una victoria que se antoja, si no decisiva, muy importante para el futuro en la categoría. Solo vale ganar. Así rezaba el mensaje que emergía desde la siempre animosa grada de de Butarque. Y se logró.

Fue tanto el derroche de los pepineros, que al término del encuentro algunos jugadores como Dimitrios Siovas o Diego Rico cayeron exhaustos buscando ese oxígeno que les daba la victoria. Una victoria trabajada por todos. Un gol empujado por todos. El aire de la salvación está en Butarque. CREAN.