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La cara B del Lega-Córdoba

blog velas

Es necesario que os vaya situando en la temporada en cuestión y en un hecho en la historia del Lega que seguramente lastró ese año y por qué no decirlo, los años venideros.

Un 11 de Agosto de 2003, el argentino Daniel Grinbank rubricó la compra del 86% del accionariado de D.Jesús Polo y fue pregonando por activa y por pasiva, el inicio de un proyecto ambicioso con el objetivo de acabar en Primera División. Muchas bajas y altas en aquella plantilla pepinera que no salía de su asombro ante la marabunta que estaba llegando. Uno de los emblemas del club, Óscar Fernández, además de otros jugadores como Gustavo de la Parra, Clotet, Esaú, Melgar (posteriormente fue recuperado) o el entrenador Enrique Martín, tuvieron que hacer las maletas junto a otros compañeros. De la mano del empresario llegó una eminencia en Argentina como José Néstor Pekerman y junto a él trajo consigo al entrenador Carlos Aimar y a jugadores, en su gran mayoría argentinos, como Leyenda, Chamot, Mustafá, Fede Domínguez, Alessandría, Pablo Rodriguez, Marini, Turdó, Enría y así hasta quince incorporaciones.

Daniel Grinbank

Daniel Grinbank

Grinbank estuvo dirigiendo la entidad no más de cinco meses y tras un partido de Copa frente al Real Madrid de los galácticos, tomó la decisión de hacer la espantada. Excusas como que el Lega nunca sería rentable o el rendimiento deportivo, le hicieron tomar la decisión. A raíz de ésta el Lega quedó en una situación muy comprometida con jugadores cuyos contratos (en su gran mayoría) reflejaban cantidades firmadas que no se correspondían con las acordadas verbalmente, y la sensación de engaño que cundía entre toda la comunidad argentina que componía el vestuario llevó a vivir situaciones muy complicadas; hasta el punto de llegar a valorar no presentarse a algún partido.

Únicamente Pekerman, que fue utilizado por el empresario para atraer a jugadores argentinos y ser el cebo perfecto para dar credibilidad al proyecto, quiso apaciguar los ánimos e intentó estabilizar la situación, pero primero Carlos Aimar (alegando problemas personales) y posteriormente Fede Domínguez (propiedad de Grinbank), fueron los primeros en escapar de la situación.

Semanas de mucho revuelo en Leganés. La negativa de la RFEF a que Pekerman se hiciera cargo del equipo tras la marcha de Aimar e informaciones de todo tipo, como las que aseguraban que Grinbank nunca llegó a ejecutar la compra de la entidad al incumplir ciertos requisitos que establecía el Real Decreto de Sociedades Anónimas Deportivas, hacían la situación insostenible. El club, tras confirmar que Pekerman no podía ejercer como entrenador, tuvo que buscar urgentemente un sustituto a Aimar. Así llegó Juan José Martín Delgado, curtido en las canteras del Real Madrid y Getafe y segundo entrenador de Heynckes en su etapa en Athletic y Benfica, se encontraba frente a un gran ‘papelón’. Recuperar especialmente a un grueso de jugadores que no tenían ninguna motivación tras sentirse engañados y en su gran mayoría fuera de su país, era una tarea hartamente complicada.

José Néstor Pekerman

José Néstor Pekerman

El 13 de Junio de 2004, el Lega tenía un partido a vida o muerte frente al Recreativo de Huelva, ya sin posibilidades de lograr el ascenso a Primera. Si los pepineros ganaban estaban salvados y los rumores sobre primas que presuntamente afectaban al partido en el Nuevo Colombino corrían como la pólvora. El partido que enfrentaría a Leganés y Córdoba parecía estar jugándose una semana antes y más si cabe viendo como fue desarrollándose el encuentro en Huelva. Recriminaciones desde el banquillo del Leganés al banquillo del Recre (“¡¡¡Qué coño hacéis!!!”), sustitución de jugadores onubenses en la primera parte del encuentro, demasiados cambios de actitud durante un partido donde el equipo decano ya no se jugaba nada, hacían crecer el rumor de un juego subterráneo. De esta manera, parecía evidente que la última jornada ya se estaba jugando, sin balón de por medio, pero se estaba jugando. El Recre acabó consiguiendo la victoria por tres goles a uno. Ahora sí, el Lega se la jugaba en la última jornada frente al Córdoba.

En la semana de entrenamientos, previa a la final que se iba a disputar en Butarque, se respiraba un ambiente extraño. Aumentaban los rumores sobre la presunta aceptación de primas por parte de algunos jugadores y la sensación entre los aficionados no era buena, había jugadores que no estaban cobrando lo acordado verbalmente con Grinbank e incluso algunos ya tenían el billete de vuelta a su país en la misma noche tras finalizar el encuentro frente al Córdoba. Estos detalles hacían dudar muchísimo a los pepineros a la hora de pensar en lograr sortear esta situación que ya se había convertido en dramática, a pesar de que al club blanquiazul le valía conseguir un punto para lograr la salvación.

Instantánea del Gol de Olivera

Instantánea del Gol de Olivera

El día 19 de Junio de 2004 había llegado. Ambientazo en Butarque con más de 2500 cordobeses que llenaban el fondo Sur. Nervios, tensión y dos equipos inmersos en una situación que, salvo carambola de resultados, desembocaba en el descenso de uno de los dos. El partido transcurrió sin demasiados sobresaltos, fue un partido descafeinado y según iban pasando los minutos, la tensión aumentaba en los rostros de unos aficionados que no terminaban de sentirse identificados con gran parte de unos jugadores exentos de arraigo. En las postrimerias del descanso, llegaba el gol del uruguayo Olivera y la desesperación en la parroquia pepinera. El descenso se estaba consumando y aun quedando la segunda parte por disputarse, el optimismo brillaba por su ausencia. La segunda parte, como se preveía, no aportó la sensación de poder solventar la partida en el lado leganense. Llegó el final, y el Leganés con el proyecto Grinbanck caía en la lona de la Segunda B.

Lo que se vivió a partir del pitido final fueron ya situaciones crueles e incluso esperpénticas. Algunos aficionados del Córdoba hurgaban en la herida del descenso pepinero, gente llorando, gente enfrentándose con aficionados andaluces azotados por la rabia del momento, la rabia de no entender como alguien podía regocijarse del sentimiento de tristeza que se vivía en la grada de Butarque. Pero el esperpento no se quedaría ahí, en los alrededores del estadio, se llegaron a ver patadas, puñetazos, insultos y todo tipo de situaciones entre algunos jugadores y aficionados blanquiazules.

Un entorno muy cercano a la dirección del club, hablaba de sentimiento de culpabilidad e incluso cobardía, de haber permitido jugar a ciertos jugadores que presuntamente ese día no jugaron en beneficio del Leganés. “Teniamos que haber salido con el Leganés B, hubiéramos tenido más posibilidades” palabras que hacían patente la desidia de este proyecto que quiso ser faraónico.

Imágenes del partido: Rafa Madero Cubero ( www.cordopolis.es)

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