H

oy me levantaba pensando en lo que viví ayer en Butarque y no he logrado pararme en cosas negativas. Me venían constantes fogonazos de un precioso estadio que volvía a colgar el cartel de ‘no hay billetes’ por segunda jornada consecutiva, unos jugadores que a pesar de no tener el mejor día no desistían una y otra vez en intentar doblegar a un buen equipo chicharrero, una afición que coreó sin cesar a unos jugadores que caían en su estadio talismán tras 365 días y esa clasificación donde parece no haber pasado el tiempo, ¡todo sigue igual!

El CD Tenerife logró acabar con la racha imponente del ‘Lega’ ante su afición. Un golazo de Javi Lara tras el lanzamiento de una falta desde la frontal del área, se coló en la mismísima escuadra del siempre competitivo Jon Ander Serantes. El Lega con más corazón que cabeza, tuvo sus ocasiones para haber igualado el encuentro pero no era el día, faltó acierto. Ayer, seguramente, sirva como un día más de aprendizaje, un día más para llenar la mochila de la experiencia para próximas batallas.

Ya lo decía ayer el líder del Garitanismo: “siempre hay cosas positivas, no todo es negativo. En una situación similar, esta derrota nos va a ayudar a ser mejor equipo”. Y es que perder una batalla no significa perder la guerra. En muchos momentos de nuestra vida hemos caído derrotados en varias ocasiones hasta lograr la victoria final. Y eso no ha sido por otra cosa que por haber sabido subsanar nuestros errores e incluso aprender de nuestro rival. Porque cuando se lucha por un objetivo tan importante y poderoso, tras la derrota, sólo queda levantarse de nuevo, apuntalar todas nuestras fortalezas, e intentar vencer en una nueva batalla.

Al término del encuentro, como si de un videojuego se tratara, tuve la sensación de que los espartanos de Garitano aguantaron en el centro del campo hasta que sus ‘barras de vida’ se rellenaron hasta el 100% con el aliento de un estadio entregado. A este ‘Lega’ le quedan muchas vidas.