Tras la supervivencia de la bajada de la cima, se podría decir que el Leganés ha sobrevivido a lo más difícil. Seguramente más de un lector alegue que todavía no está todo el recorrido finalizado. La bajada es lo más difícil, sí. Todavía quedan once puertos de montaña por los que pasar, a cada cuál más complicado, sí. Pero lo que sí es cierto es que cuando el Leganés comenzó la escalada por allá el mes de agosto pocos podrían imaginar el rendimiento que Asier Garitano ha obtenido de sus hombres. Después de haber superado con creces el engañoso puerto de montaña del pasado sábado, las aguas parecen que han vuelto a la calma, por lo menos por una semana.
Ya lo dijo el jefe de la expedición no hace mucho: «hemos llegado a los 8.000 metros con la Copa del Rey, nos ha faltado poner la bandera. Ahora lo difícil es la bajada«. Lo que es cierto es que tras conseguir conquistar el puerto malagueño, el Leganés acaba con su peor racha en esta temporada (8 partidos sin ganar) y se coloca 13 puntos por encima de la zona de descenso. Esperemos que poco a poco se vaya atisbando una de las situaciones que más preocupa al aficionado pepinero. La renovación de Asier llevará consigo una permanencia holgada y un proyecto que le haga quedarse en Leganés.
Ahora, la expedición tiene por delante el penúltimo ascenso con cuatro puertos de montaña difíciles para una supervivencia tranquila y sosegada. Athletic, Sevilla, Valencia y Barcelona esperan al Leganés con objetivos en el candelero y con ansias de puntos ‘fáciles’. Dicho lo cuál y pesimismos a parte, el Leganés está donde quería y quiere estar. Sanos y salvos, por ahora.