
Tras semanas de protestas, de comunicados y de acciones en contra de unos horarios inconcebibles para el aficionado de a pie, llega un nuevo capítulo de esta, nuestra Liga. ¿Cómo ser un aficionado visitante y no morir en el intento?
Un aficionado paga 40 euros. Le cachean, le vuelven a cachear, le revisan la bufanda y cualquier elemento de animación, le rodean de policía y luego le ponen una red delante con la que apenas tiene visibilidad. Entenderán, por tanto, que un aficionado pueda sentirse estafado. ¿Qué se busca con esta serie de ‘comodidades’? ¿Echar al aficionado al sofá de su casa?
Recientemente, en una entrevista a los compañeros del diario ‘El Español’ , Javier Tebas ratificaba que LaLiga era un producto de entretenimiento en rivalidad directa con Netflix o HBO. Nadie piensa en el aficionado de la grada. Cuando dice «queremos ser la empresa líder de entretenimiento a nivel global» únicamente piensa en el aficionado del chaiselonge.
Me gustaría que el Sr. Tebas leyera estas humildes líneas y pudiera contestar a la siguiente pregunta: ¿asistiría usted a su obra de teatro favorita o a una sesión de cine o a uno de sus eventos preferidos teniendo a la vista una ‘maravillosa’ red a modo de filtro?
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