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utarque, renovado por fuera pero que por dentro sus cimientos continúan inamovibles como un fortín, sigue siendo ese lugar acogedor que cuando peor están las cosas sale al rescate del equipo. También lo hizo un En-Nesyri silbado por la grada que se cobró su venganza particular cambiando los pitos por aplausos tras marcar el gol de la victoria. El marroquí se reivindicó ante la lesión de Carrillo y la llegada de Braithwaite, quien apunta a ser su compañero de delantera hasta que el argentino se recupere de su esguince de tobillo.La diferencia con los dos últimos es que Youssef es propiedad del Leganés. Es un activo, que como pasase con Diego Rico o Gabriel, busca dar un rédito deportivo y económico a su club. Todo lo bueno que le pase a él será, por extensión, bueno para el Leganés, por lo que cada gol, jugada o movimiento que realice con éxito vestido de blanquiazul será un pequeño triunfo para la entidad madrileña. En esas vistas llega Vasyl Kravets a Leganés para los siguientes cuatro años con la idea de explotar (deportivamente) y dar una competencia a Jonathan Silva en el carril zurdo se quede o no el argentino.
Mientras tanto la dirección deportiva trabaja a destajo para dejar la plantilla lo más fina posible de cara a los cinco meses que quedan de competición en la liga más apretada de los últimos años. Trabajando para el corto, el medio y el largo plazo, reforzar la plantilla en base a las salidas, atar a parte de los cedidos, como el citado Silva o el más que correcto Omeruo o pensando en su formación como la de Ojeda, con salida al Granada a préstamo.
Sin embargo, la actualidad manda y el futuro más cercano pasa por Real Madrid y Barcelona, primero con la épica el miércoles en Copa del Rey y después contra los elementos que dicen que puntuar en el Camp Nou es una quimera. En ello trabaja el Leganés, en ir batiendo pequeños retos para ir creciendo como entidad que le deparen un final feliz allá por el mes de mayo.