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esde su inauguración en el año 1998, el fondo sur del estadio Municipal Butarque ha sido el territorio de las aficiones que han visitado a lo largo de estos más de 18 años, eso sí, cuando lo hacían. Hasta 2004, año del fatídico descenso a 2ªB, dicha grada tuvo colorido en muchas ocasiones, desde la primera visita del Betis hasta la del Tenerife, que terminó celebrando un ascenso, pasando por la del Sevilla. Recuerdo aquella tarde del 30 de septiembre contra el equipo hispalense como una de las más amargas como aficionado al fútbol que he vivido. Otero marcó en el tiempo de descuento y los Biris comenzaron a lanzar los asientos al campo sin ningún tipo de sentido. El sábado volverán a nuestro estadio, esperemos que no se repita la misma imagen dantesca.Luego vino el descenso y las penurias. Habíamos pasado de nuestro pequeño Luis Rodríguez de Miguel, con su fondo sur ocupado por los aguerridos Boys Leganés por un Butarque con Área Blanquiazul en su misma localización, que se nos quedaba enorme para los poco más de 800 espectadores que acudían (casi siempre) cada domingo por la mañana. Los canticos venían ahora del otro lado y era el fondo norte el que poco a poco iba repoblándose y rugiendo como nunca. Quedan pocas semanas para verlo en su plenitud, en el partido ante la Real Sociedad y con la ubicación de la nueva grada de animación formada por varias peñas pepineras, promete ser el verdadero el corazón que empuje al equipo en el campo.
Entre medias se intentó dar colorido a una grada que siempre lucía vacía, incluso en un partido histórico ante el Hospitalet y donde Carlos Álvarez acercó a los pepineros más cerca de la Segunda División con el primero de sus dos tantos de la eliminatoria. Citycar Sur levantó un lema que se hizo muy patente en nuestro estadio antes de que los anunciantes lo devoraran: «Esto es Butarque y aquí solo juega el Lega«. Ya en Segunda División, La Liga, en su orgullo por no ver gradas vacías obligó a instalar al equipo pepinero unas lonas para tapar esos sectores que no se ocuparan por la afición visitante. Pero sin duda los inquilinos más ilustres fueron la banda Shaker Heights de Ohio quienes antes de deleitar a Butarque con su música animaron desde ese fondo que llegados a Primera ya no necesita de ningún aliciente, más allá de los auténticos partidazos que estamos viviendo en este estreno en casa.