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La importancia de llamarse Leganés

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abemos de sobra que Asier Garitano jamás se mojará para hablar de los árbitros, pero es necesario recordar a Munuera Montero y otros muchos compañeros del estamento arbitral que algún día se les cruzó el Leganés en sus vidas y prometieron, de puertas para adentro, jurársela. El colegiado andaluz no estuvo acertado en sus decisiones y yendo directamente al acta, la expulsión de Mantovani se recitó tal que así: «Jugar el balón con la mano de forma intencionada, tratando de engañarme e impidiendo que un adversario pudiera jugar el balón». Se puede interpretar que el bueno de Martín quería emular a sus compatriotas Messi y Maradona para anotar otro gol histórico y engañar al bueno del trencilla, cosa que en el área contraria no ocurrió donde un jugador del Numancia se dejó caer y no recibió el mismo castigo.

El numantino Alex Alegría se llevó la suya por «infringir persistentemente las reglas de juego», lo que resulta flagrante cuando el portero visitante Munir, lo hizo constantemente yéndose de rositas. No entremos en detalles con su meticulosidad a la hora de establecer los saques de los libres directos y como los numantinos, entre ellos Julio Álvarez, realizaban una y otra vez, impidiendo que el juego se disputase con soltura y favoreciendo siempre al equipo que fue a favor del resultado. Por último añadir que el señor Munuera Montero también se las tuvo en Ponferrada, donde fue expulsado Pablo Insua o la pasada campaña, donde se vivió uno de los mayores bochornos arbitrales en el derbi con el Alcorcón, donde expulsó a Diamanka y perdonó a los visitantes que se quedaran con diez mientras Bordalás se exaltaba en la banda.

El jienense se une a la lista de otros grandes conocidos por la parroquia pepinera como De la Fuente Ramos, con el que solo hemos ganado dos de siete partidos, siendo nefastos la mayoría de ellos, Muñoz Mayordomo, árbitro afincado en Getafe y que a punto estuvo de liarnosla un par de partido el año pasado mientras que en otros sí se salió con la suya, Pulido Santana, eternamente recordado por ser el colegiado del dramático Leganés-Lleida y su incurable lesión, Alemán Pérez, fugar en Butarque por su única actuación donde cual pistolero expulsó a García Granero y Zarandona para allanar el camino al Conquense, Gómez Liarte, aquel al que Luis Ángel Duque dedicó la siguiente rueda de prensa tras el derbi con el Fuenlabrada. Por último quiero citar a Miró Pastor, conocido por descontar once minutos en el antiguo Rodríguez de Miguel que sirvieron para que el Lleida empatase.

Es obvio que el Leganés no tiene el nombre de muchos de sus rivales y como se dice por Butarque, que en muchos momentos puede molestar el que esté ahí arriba mientras se escucha un cántico que cada vez cobra más fuerza «Qué fácil es, pitar al Leganés». Porque Butarque nunca fue un campo fácil, es un estadio donde en los últimos años llevarse los tres puntos siempre ha sido un reto para los rivales, pero evidentemente con una mano extra, todo es mucho más fácil. No pedimos ayuda, pedimos equidad y respeto y en muchos momentos ese no se le da al Club, jugadores y aficionados.