E
l histórico triunfo de anoche ante Osasuna que inauguraba la primera de muchas alegrías en nuestro estadio en el estreno en Primera División iba quedando en un segundo plano a medida que se iban sucediendo las informaciones sobre los tres jugadores que fueron sustituidos durante el partido y que abandonaron el mismo al no poder físicamente seguir deleitando con sus actuaciones a los casi 9.000 espectadores que acudieron al coliseo blanquiazul.En el descanso Alexander Szymanowski se quedaba en la caseta fruto de una fuerte entrada de Berenguer que le causó un golpe de las misma intensidad en la rodilla. La baja del argentino se estima entorno al mes, cuando había empezado a brillar en una categoría que le ha costado 28 años alcanzar. Otro que también acaba de llegar pero a una edad más prematura es Diego Rico. El burgalés sufre una lesión en su rodilla derecha afectando a uno de sus ligamentos que lo mantendrá fuera de competición entre dos y tres meses tras un mal apoyo que acabó con una imagen escalofriante en la que muchos se temieron lo peor.
Pero sin duda el más perjudicado fue el héroe de la noche: Rober Ibáñez. El jugador cedido por el Valencia no se esperaba que una de las noches que soñaba de niño levantando a todo un estadio con su doblete, acabara de la peor forma posible. Su rodilla no aguantó el esfuerzo titánico que estaba realizando el valenciano y abandonó el campo cojeando y posteriormente el estadio en muletas. Todo hace temerse lo peor y que ambos ligamentos cruzados de su rodilla derecha (posterior y anterior) estén afectados lo que le haría perderse la temporada.
Fue el único borrón en una noche donde la victoria supo a gloria pero el regusto fue amargo. Ojalá se recuperen pronto y puedan volver a vestir la camiseta blanquiazul y lo más importante: volver a los terrenos de juego donde disfrutan y nos hacen disfrutar a los demás.