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V de Vutarque

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Si Alan Moore y David Lloyd hubiesen querido cambiar el fútbol en vez del modelo político-social, lo habría hecho poniendo el feudo pepinero como escenario principal pero sin hacerlo volar por los aires como el Parlamento del Reino Unido. El C.D. Leganés cierra el 2015 en su estadio con unos números verdaderamente buenos. Solo dos derrotas, ante villanos como Alcorcón y Sporting (omitiendo en estas líneas el hacer valoraciones por la forma en la que nos vencieron) en aquel invierno que cerraba y daba paso al levantamiento del conjunto pepinero, el cual desde ese 14 de marzo, no le ha vuelto a dar ningún vacío al aficionado blanquiazul que acude visitarlo cada dos semanas.

Porque solo los empates, ocho en su haber, han hecho víctima al graderío en estos 24 jugados. Mirandés, Sabadell, Osasuna y Zaragoza cortaban las esperanzas y la visión del playoff de ascenso en las últimas jornadas de la pasada campaña, mientras que en esta, Lugo, Girona o Mallorca entonaban un veredicto que rezaba «Esto es Butarque y aquí solo empata el Lega», que durante un breve periodo de tiempo hizo que no vislumbrásemos lo que era eso de sumar de 3 en 3. Pero pronto el volcán volvería a despertar.

Trece han sido en total los partidos victoriosos de los de Asier Garitano, lo que ha llevado al C.D. Leganés a su mejor versión en casa situándose por primera vez en su historia en puestos de la nueva fase de ascenso a Primera y en vestíbulo principal de la Copa del Rey. Letras de oro. Pero si tenemos que quedarnos con una de esas letras este año que estamos vaciando, la más votada sería la V. Por el vestuario, por los visitantes que salen vapuleados, por los vecinos del pueblo (y los del otro), y por nuestra voz más utilizada: victoria. Aquella que vibra en nuestro estadio cada dos semanas. Vutarque, ese mismo, no con V de vendetta, si no con V de victoria, (como nuestra Presidenta), esa palabra que ha sido, es y veremos si será vox populi para el Leganés en 2016.