El Leganés buscará defender su segunda plaza este fin de de semana ante un rival directo en la tabla clasificatoria. Los rojillos, a pesar de no llegar en su mejor forma, tratarán de realizar la heroica y derribar el fortín de Butarque, un feudo donde nadie ha ganado en esta temporada.
Por Pablo Berraondo. Co-editor de MARCA PLUS
La hora de los valientes.
Nos presentamos ante la jornada 25 y la clasificación responde a los méritos cosechados por los equipos hasta la fecha. Ya no hay sorpresas ni casualidades, ni circunstancias o errores arbitrales en los que uno se pueda amparar. Son todos los que están, pero seguramente no estén todos los que son, por la Segunda División es muy larga. Mucho. Demasiado para quienes ahora están en un puesto de privilegio.
El Sadar no está siendo el fortín necesario para asomarte a Primera División. Demasiados puntos están volando de Pamplona, puntos que, dentro de unos meses, pueden ser vitales. El equipo rojillo no pasa por su mejor momento, después de la debacle de Miranda (4-0) y la inoperatividad frente al Almería. Mal partido, y eso que, de haber ganado, Osasuna llegaría a Butarque segundo y en puestos de ascenso directo.
Pero la afición continúa ilusionada con la llegada de Urko Vera y De las Cuevas, y con el ‘fichaje’ de Merino, que finalmente defenderá hasta final de temporada la elástica rojilla y deja el sueño de la Bundesliga, quién sabe, hasta el próximo año. Las últimas dos incorporaciones deben dar el salto de calidad que el equipo necesita para mantener entre los más fuertes. Para eso se les ha traído, y se espera mucho de los dos futbolistas con más desborde y gol, con permiso de Nino, que ahora mismo tiene el equipo. Ambos conocen la Liga y la idiosincrasia de Osasuna. No necesitan adaptación, sólo minutos y confianza, pero los resultados deportivos deben llegar pronto, sino Osasuna puede acusar el efecto gaseosa y venirse abajo. La clasificación está demasiado apretada.
Puede, incluso, que en nada se parezca cómo está ahora repartido el ascenso y el playoff a cómo quede esto al final. De hecho, estoy convencido de que el Alavés no aguantará el tirón final con la misma fuerza y resolución que ahora demuestra. Y temo a dos equipos: Valladolid y Zaragoza. Ambos van de menos a más y, por la experiencia de los últimos años, quienes acaban colándose en los playoff acaban tornándose en favoritos ante los equipos que se desgastan hasta el final buscando el ascenso directo.
Las rachas son vitales en lo que queda de temporada. El propio Osasuna se quedó a un gol de llegar segundo al encuentro frente al Leganés, y si este domingo no saca algo positivo en Butarque, tiene todas las papeletas para estar fuera de los puestos que dan derecho a jugar los playoff. Todos los puntos son importantes, y el miedo a encajar goles y a perder se palpa en todos los vestuarios.
¡Ojo con el Leganés! Está demostrando buen fútbol y arrestos para aguantar a los equipos más fuertes. Sin presión y con confianza, haciendo bien las cosas, sólo el Alavés les supera en la tabla. La moral juega de su parte, y saben que este domingo, en casa, disputan un partido de 4 puntos. En sus botas está abrir brecha con Osasuna, que si no es favorito para el ascenso, sí que tiene pinta de ser un rival incómodo hasta la última jornada.
Creo que veremos un partido abierto, bonito, con ocasiones. Un encuentro con planteamientos ambiciosos y color en las gradas. Que el hermanamiento entre aficiones sea, tan agradable, como lo fue al menos el año pasado. Y disfrutemos que, en esta ocasión, los dos equipos estamos soñando por volver a la Liga de la estrellas.