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El Rival: Real Oviedo

Nadie hubiera esperado a final de temporada que ambos conjuntos se enfrentarían en un duelo a vida o muerte prácticamente. Desde el lado oviedista nos traen la historia de un Club que tras años en el infierno puede volver a ver la luz al final del túnel.
El Rival OVIEDO

Por Real Oviedo Culture Fans

El Real Oviedo se juega la vida, se juega el partido del año, un punto de inflexión para cambiar la historia, el Real Oviedo se encuentra en la encrucijada…

Son tópicos de medios, pero también son el día a día que acompaña al Real Oviedo desde la caída a lo que se bautizó como los infiernos de segunda división en 2001. Cuando te dicen que estás en el infierno ya no esperas nada más, y mucho menos atravesar literalmente el suelo de ese infierno para sumergirte en la mierda mas absoluta. Paradójicamente, esa mierda fue la que le dio una identidad al equipo y la afición, rebozarse en ella, comerla, y no conseguir quitársela de encima durante años, eso fue lo que nos enseñó del fútbol más de lo que un aficionado de la mayoría de equipos podría vivir en varias vidas.

Como es lógico la mayoría de aficionados pepineros que lean esto desconocerán los entresijos de los años más oscuros dentro de esa gran novela dramática que sigue escribiendo el Real Oviedo, pero puede ponerse en situación, imagine ese partido donde se juega la vida, ese partido del año, ese punto de inflexión crucial para cambiar la historia, esa encrucijada en la que el camino que elija le llevará inexorablemente a uno u otro lugar, y luego imagine que ese miedo, ilusión, ansiedad, y en definitiva necesidad de supervivencia dura los 365 días del año.

En estos 15 años el Real Oviedo se ha jugado la vida cada domingo en el terreno de juego, y el resto de días de la semana en las calles, despachos y cualquier otro lugar extradeportivo. Por ello es difícil de entender esa «mística» con la que a veces se habla del Real Oviedo.

Si, aún tenemos mierda entre los dientes, recordamos perfectamente todo aquello, son cicatrices que no se irán, pero que han hecho daño de otra manera. Esa carrera contra el reloj por sobrevivir, el levantarse cada día con un nuevo problema ha hecho que el aficionado se acostumbre a los problemas. En muchas ocasiones es estupendo, y se habla del poder de la afición, así como la importante masa social del club que le diferencia de otros, pero acostumbrar al socio a luchar cada día hace difícil convencerle de que deje de estar alerta, se relaje, y por lo tanto deje de buscar problemas cuando no debería de haberlos.

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En 1947 John Steinbeck y Robert Capa viajaron a Rusia con la intención de conocer al enemigo de los Estados Unidos y hacer ver que eran personas normales como lo eran los ciudadanos estadounidenses, de aquella obra nos viene a la cabeza una escena en la que un soldado ruso no les permite el paso aunque están en su derecho, finalmente son los superiores de ese soldado los que ordenan un cambio de guardia, y es entonces el nuevo soldado quien les deja pasar, su interlocutor les explica que no se pueden permitir dar ordenes contradictorias a un soldado, decirle que no puede pasar nadie para después explicarle lo contrario, ya que eso le llevará a dudar de sus ordenes, por ello la solución es llevar a un nuevo soldado con nuevas ordenes y que no se cuestione nada.

La afición del Real Oviedo no se ha cuestionado nada, al contrario, ha cumplido las ordenes que le dictaba su corazón para cumplir con sus obligaciones e ir más allá del deber. Pero 15 años en un estado constante de alerta han hecho mella, y al igual que ese soldado, esa orden se ha quedado grabada y es difícil de cambiar un ápice.

Explicamos esto para intentar entender la situación actual de la institución, ya que tanto a los oviedistas como a los pepineros les sonará la frase de «¿no hubieses firmado está así hace un año?» y ahi llega la montaña rusa de debates. Sólo los más optimistas y soñadores en Oviedo imaginaban subir de 2B a segunda y estar con opciones de ascenso a estas alturas de la competición, pero lo que debía de ser una temporada de ensueño se ha tornado desde el principio en problemas donde no debería de haberlos. Desde el principio de temporada se han encontrado problemas donde no se encontraban antes, y con las cosas calmadas en el apartado extradeportivo, toda la tensión y debate del oviedista se ha centrado en la parte deportiva. El entrenador Sergio Egea, artifice del pasado ascenso era el centro de odios y pasiones por partes iguales entre la grada, los que le agradecían llevarnos a donde estábamos, chocaban con los que alegaban que le quedaba grande la misión de un nuevo ascenso y criticaban sus esquemas y alineaciones. El estar durante toda la temporada cerca de los primeros puestos hizo que la presión aumentase al no entenderse como el equipo no era capaz de dar un golpe de autoridad y colarse en puestos de ascenso directo. Logró el Real Oviedo su mejor racha invicto pero aquello no fue suficiente, y un par de malos resultados y un entrenamiento ante las cámaras en el que se demostró que en todos los vestuarios hay lados oscuros, y que precisamente tener un vestuario unido a muerte es lo mejor que puede pasarle a un equipo, dieron al traste con la temporada. La destitución del entrenador le dio a la afición una nueva guerra por la que luchar, el hombre que era criticado y querido a partes iguales pasó a convertirse en santo de forma súbita, y sus palabras de «entrenen, compitan y cállense la boca» pasaron a ser un nuevo lema en la grada. La pésima gestión de la crisis por parte del club a la hora de tomar las riendas aumentó la fiereza entre los socios que no entendían que no les explicasen que pasaba. Y así con un entrenador interino que hizo el camino inverso al de Egea, para pasar de santo por el mero hecho de retirarse en el club a ser el centro de las iras por considerarle un entrenador sin experiencia ni capacidad para lograr un ascenso, acabaron por devolver a la afición al enfado y crítica constante.

Por ello el Real Oviedo busca su sitio, un nuevo partido del siglo le enfrenta hoy al C.D. Leganés, otra final, una de tantas de esas que si la pierdes se acabó, pero si la ganas te espera otra a los pocos días. No se trata sólo de los puntos y las opciones de ascenso, esta temporada ha dejado a las claras que las flores que crecieron en la mierda de la tercera división y los años de la bilis, necesitan encontrar su sitio, tanto la afición como la institución necesitan preguntarse que quieren ser, una identidad que no ha podido definirse precisamente por emplear todos los esfuerzos durante los últimos años a la supervivencia. De vencer al Leganés, seguir con opciones de play off y finalmente jugarlo puede ser que el Real Oviedo encuentre su sitio, no solo deportivamente sino en la grada y forma de vivir y sentir al equipo día a día, una alegría podría ser la excusa perfecta para unir al oviedismo en una causa común que parece olvidada, el sueño de volver a primera división. Por todo ello esta tarde de nuevo el Real Oviedo se juega la vida, se juega el partido del año, un punto de inflexión para cambiar la historia, el Real Oviedo se encuentra en la encrucijada…