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El Rival: U.E. Llagostera

Esta jornada el CD Leganés visita a la UE Llagostera, equipo que ocupa la penúltima posición en la clasificación de la Liga Adelante, pero con tan sólo una victoria menos que el conjunto madrileño. Si bien el Llagostera es el peor visitante del campeonato, como local es un equipo temible.

El Rival Llagostera

Por José Antonio Tenrero Martín redactor de Vavel.com

Llagostera es una pequeña localidad de apenas 8.000 habitantes que se encuentra a las puertas de la Costa Brava, en Girona. Es un pueblo tranquilo, apacible y de buenas gentes que se ocupan de trabajar, comprar el pan, dar un paseo buscando “bollets” y llevando y recogiendo a los niños del colegio. Un pueblo, pueblo. De esos en los que casi nunca pasa nada. De esos en donde merece la pena vivir por la paz que se respira y que resulta, incluso, aburrida.

Cuando Oriol Alsina y la presidenta, Isabel Tarrago, se hicieron cargo del club, la UE Llagostera no era mas que un equipo de regional que jugaba, ganaba, empataba o perdía. Hoy es un pequeño gigante en busca de gloria. Tras mucho trabajo y esfuerzo, Oriol Alsina consiguió no sólo ascender al equipo hasta el fútbol profesional de la Segunda División, sino ser la nueva referencia de éste deporte en la Costa Brava catalana. Todo un entramado de equipos de cantera así lo avalan. El futuro ya está asegurado.

La pasada temporada, su primera en la élite de plata, el conjunto catalán rozó la proeza de meterse en los play offs de ascenso a la Liga BBVA, encadenando 15 partidos consecutivos sin perder y amenazando récords de muchos años. La pócima mágica de Alsina: el trabajo, la competitividad y la humildad. Ésta temporada, la misma receta, muchos jugadores nuevos, muchos que ya estaban y muchas espectativas. Pero, hasta el momento, mucha mala fortuna.

El Llagostera, tiene éste año bastantes más variantes que el pasado. Una plantilla amplia y varias formas de jugar con diferentes esquemas. El más habitual es el 4-5-1, convertible a un 4-3-3. Su juego se sigue basando en el sacrificio colectivo y en la intensidad física, pero nunca exento de calidad, especialmente del cerebro del equipo, Pitu Comadevall. Sin embargo, los resultados no acompañan fuera de casa. Han recibido una cantidad desorbitada de goles y les cuesta horrores marcarlos. El Llagostera hace casi todo bien, pero las circunstancias del juego casi siempre le son adversas. Si algún equipo tiene que caer en desgracia, caerá el Llagostera.

Pero en Palamós todo es diferente. Alavés, Valladolid, Elche, Albacete o Numancia lo han vivido en primera persona, incluso en algunos casos, con goleadas. En casa, el Llagostera tiene chispa. A pesar de jugar bajo presión debido a los malos resultados fuera, el equipo gerundense se desahoga en su propio estadio, se desmelena. Cuando caen derrotados una jornada, a la siguiente vuelve la ilusión y la confianza plena en la remontada.