El Valencia resurge con un gran inicio de campeonato, dejando atrás los fantasmas de la temporada pasada en el que las turbulencias en los despachos de la entidad ché dejaron atrás un lastre de entrenadores incpaces de hacerse con una situación que tenía todas las papeletas de acabar en Segunda División.
EL MURO: NETO. El portero brasileño ha llegado este año a Valencia para convertirse en el muro de la entidad del Turia. El cancerbero es el revulsivo en la portería que buscaba Marcelino, un auténtico titán que ha conseguido dejar la portería a cero en cuatro partidos en lo que va de curso, realizando un arranque formidable.
EL ARQUITECTO: MARCELINO. El preparador asturiano es la tecla que faltaba a un valencianismo desencantado con el devenir de su equipo las últimas temporadas. Ha sido capaz de devolver a la afición la ilusión perdida con su coherencia característica, colocando al conjunto levantino en la segunda posición de la tabla a estas alturas de campeonato. Retocando algunas piezas, con la inclusión de algunos chavales de la cantera y la firma de jugadores importantes de ligas europeas con hambre de demostrar ha sido capaz de instalar el optimismo en la siempre exigente afición ché.
EL CAPO: GARAY. A pesar de no contar en los planes de Marcelino, el argentino es uno de los veteranos del conjunto de Mestalla que ha sido capaz de aguantar la revolución que hubo el pasado verano en el vestuario. A sus treinta años, tan solo ha jugado dos partidos en lo que va de campeonato pero su veteranía, unido a la trayectoria que posee, le hace uno de los pesos pesados del cuadro valencianista.
EL MATADOR: ZAZA. Llegó en el pasado mercado invernal como el salvador del Valencia, llamado a solucionar las carencias goleadoras del primer tramo del curso. Después de unas negociaciones algo rocambolescas, Zaza decidió recalar en la capital del Turia. En la presente campaña, está demostrando su olfato goleador disputándole el pichichi a Messi con 9 goles en lo que va de campeonato.