Tras deslumbrar en la cantera del Atlético de Madrid, pasó por el CF Fuenlabrada donde vivió varios años de dulce. Ello despertó el interés del Club Deportivo Leganés que lo incorporó a sus filas de la mano de Juli, su inseparable compañero durante sus años en el conjunto fuenlabreño. Con los pepineros dejó huella, aquella que no pudo impregnar en el conjunto colchonero. Goles y un play off a sus espaldas que dejaron una bonita experiencia para Nacho en el sur de Madrid. Ahora, encabezonado, quiere ascender con el Melilla, el conjunto de su ciudad, a Segunda División. Es la espina que necesita sacarse antes de su retirada.
El delantero atiende a somoslega.com antes del choque frente al Atlético de Madrid, el club con el que creció en sus bases y donde deslumbraba a todo un campeón del mundo.
¿De qué estás más orgulloso, de haber compartido vestuario con jugadores del máximo nivel como Fernando Torres o de haber jugado en el Leganés y que haya hecho historia?
Lo estoy de ambas cosas. Con Fernando fue una competencia sana jugando juntos hasta que él da el salto. También es un orgullo haber jugado en el Leganés ya que conseguimos remontar la situación del club, metiéndonos en play off. Me marcó mucho el hecho de la afición, comenzamos con 700 espectadores y terminamos la temporada con 5000.
Cuando eras pequeño, te erigías como una de las joyas de la cantera atlética. Por aquel entonces, ¿donde creía Nacho Aznar que iba a estar su techo?
Esa época era una época convulsa en el Club ya que tenía problemas con la administración y estaba en Segunda. Recuerdo que mi sueño era llegar a debutar con el primer equipo. Era algo complicado, ya que de los canteranos no subía nadie a entrenar con el primer equipo.
¿Sigues motivado para seguir jugando muchos más años? ¿Te ves en otro equipo que no sea el Melilla?
Motivación tengo muchísima, físicamente me encuentro perfectamente. Hasta la fecha llevo 7 goles, que son muchos a éstas alturas y estamos 5º, que es una posición privilegiada para nosotros. Me encanta el fútbol, hice el curso de entrenador, en el Lega entrené al Juvenil nacional antes de irme y aquí me han encargado también el fútbol base, pero aún creo que me quedan 3 años al máximo nivel.
Llevas muchos años en el mundo del fútbol. Cuando se acabe tu carrera como futbolista, ¿dónde te ves?
Me gusta mucho entrenar, la gestión de grupos y los chavales, sobre todo cuando son pequeños, a partir de 8 años. Me dedicaré a algo relacionado con ello.
Hay mucha labor de psicología, tacto, trato con los padres y educar a los niños inculcándoles paciencia porque al final llegan muy pocos a la cima.
¿En qué etapa de tu carrera has disfrutado más?
He tenido muchas fases en las que he disfrutado como en Fuenlabrada o en el Atlético de Madrid, sin embargo, el Leganés abre una importante etapa en mi vida. Allí me hice futbolista, era un jugador considerado y me hice muy bien a la ciudad, viviendo en el centro. De hecho cuando llegué a Melilla me llamaban «Nacho el de Leganés», imaginaros. Hablo mucho de mi etapa allí porque estuve muy a gusto.
¿Con qué momento te quedas de tu etapa en Leganés?
Me acuerdo el gol que metí al Murcia B, era el 3-0. Entré desde el banquillo y al marcar, miré a la grada y me puse la mano a la oreja. Lo hice porque era un gesto que reconocía que cada vez venía más gente al campo y estábamos recuperando a la afición.
También recuerdo el día de Lorquí. Teníamos 3 bajas, parecía que el partido anterior estaba el play off cerrado pero lo tuvimos que cerrar a domicilio, en Murcia. Metí yo el gol con el que nos adelantamos y el los resultados en el resto de partidos nos acompañaron. La consecución de la clasificación para la fase de ascenso fue un momento inolvidable por la celebración con la afición sobre el césped. Aún lo sigo recordando.
¿Recuerdas el partido Leganés-Cartagena? ¿Cómo vivisteis el apoyo de empleados y aficionados para que el campo estuviera en condiciones tras aquella nevada?
Imaginaros todo lo que me marcó ese partido que el domingo pasado, para motivarme antes del partido del Melilla, me puse la grabación de aquel encuentro. Fue inolvidable, lo agradezco mucho.
¿Que le aportó el Leganés a Nacho Aznar y en qué ha cambiado desde entonces?
Me aportó personalidad y la posibilidad de jugar en un club grande. Cuando me llamaron no lo dudé, era la posibilidad de estar en un club con pasado en Segunda, con un nombre y con un estadio que me encantaba. El Leganés, dentro de la Segunda B, era un equipo grande y eso te da hombría.
Si tuvieras que definir con una palabra tu etapa en Leganés ¿cuál sería?
Alegría, sin lugar a dudas. Difruté mucho allí, no solo por el fútbol si no por la ciudad. Recuerdo con mucha nostalgia los paseos por el centro o tomando un café por la calle Juan Muñoz.
¿Cómo era aquel vestuario de tu etapa en el Lega?
El vestuario actual, por lo que veo en televisión, está quedando cada vez más bonito (risas).
El nuestro era un buen vestuario. Duque fue capaz de meter dos jugadores por puesto muy buenos y el grupo era muy sano. Recuerdo especialmente a Carlos Martínez, Raúl Moreno, Garrido, Aníbal, Juli, Zarandona, gente que hacía un gran vestuario.
Las instalaciones también mejoraron muchísimo. En un año renovaron por completo el vestuario, con gimnasio…era una maravilla.
¿Con qué compañeros de tu época del Leganés tenías más relación y con cuál de ellos la sigues manteniendo a día de hoy?
Juli es íntimo amigo mío. Pasamos 4 años en el Lega juntos era mi compañero de habitación y nos acabamos entendiendo con la mirada. Seguimos compartiendo tiempo juntos e incluso durante las vacaciones pasamos unos días en Almería.
Con Garrido o Carlos Martínez también tengo contacto. Por lo general, con todos ya que cada vez que nos llamamos parece que no ha pasado el tiempo. Seguimos teniendo mucha afinidad.
¿Crees que fuisteis el germen del Lega actual? ¿Aquella eliminatoria ante el Jaén puso la primera piedra para conseguir todo lo posterior?
Creo que sí, porque fue un bloque que consiguió recuperar la ilusión en la ciudad. Eso, junto la entrada de Felipe Moreno ayudó a superar la crisis económica y comenzaron a apostar en que el equipo creciera.
No me quiero olvidar de Victoria. Nos sacamos el título de Director Deportivo juntos y es una excelente persona. Ella pone esa pausa y serenidad en el club siempre necesaria.
Tras un último año, donde Quini y Aníbal te cerraron el paso volviste a Melilla para recuperar tu mejor nivel, ¿puede dar la sorpresa este año el equipo melillense?
Ésta es mi séptima temporada aquí. Vine con un proyecto de ascenso en los primeros años, pero pasamos una crisis económica muy fuere. Poco a poco nos estamos levantando, creciendo en infraestructuras, y con una nueva Directiva potente. Podemos ser el tapado esta temporada, ya que a todos los equipos les cuesta un mundo ganarnos.
¿Qué sueños te quedan aún por cumplir en el mundo del fútbol? ¿Qué espina tienes aún clavada de todos estos años como profesional?
Lo único que me queda es lograr un ascenso a Segunda. Me dejaré todo en el campo para que en los años que me queden como profesional, conseguirlo.
De lo que me sigo arrepintiendo es de no haberme ido al extranjero a jugar. Tuve una niña y cada vez me daba más pereza hacerlo.
¿Vistes el partido de ascenso a primera del Lega?
Ese partido no lo vi. Seguí las celebraciones del ascenso y estuve viendo el partido anterior, contra el Huesca en el que no podía creer lo que ocurrió. Daba al Leganés como favorito sin duda.
¿Qué se te pasa por la cabeza cuando ves el Estadio de Butarque en Primera División?
Pues siento alegría, cuando me enteré dije, !mira, ahí están! Incluso mi padre me lo recordó, «¿has visto que ha subido el Leganés?». Las cosas bien hechas al final tienen su recompensa. Si además te acompaña la afición, con un estadio lleno, el éxito es doble.
¿Cuando fue la última vez que viniste a Leganés?
Pues mira, desde que me fui de Leganés no he vuelto a Madrid. Siempre hablo con mi mujer de pasarnos unos días, ¡espero que se acuerden de mi!
*Agradecemos a Nacho Aznar (jugador de la UD Melilla) la realización de esta entrevista.