Alex Aranzábal (Eibar, 24 de mayo de 1974), fue hasta el pasado mes de mayo el presidente de la S.D. Eibar, club que hace dos temporadas ascendió a Primera División bajo su mandato. Nadie mejor que él para explicarnos que tendrá el C.D. Leganés por delante en su estreno en la categoría.
¿A qué se enfrentó el Eibar en su primera temporada desde su posición como presidente de la entidad?
A un salto importantísimo. Tanto el Eibar como el Leganés son dos equipos trabajadores y humildes que se saben desenvolver en Segunda. Distinguiría tres áreas: económica, impacto social/mediático y deportiva.
El cuanto al primero supone un salto cualitativo en materia de ingresos. Respecto al segundo, probablemente el día que el Leganés juegue contra el Barcelona o el Real Madrid haya gente de los cinco continentes viendo el partido. Y por último, en lo deportivo, te enfrentas a los mejores del mundo, a gente que pasará a la historia en su época.
¿Cuáles fueron las claves del buen comienzo y la racha negativa de la segunda vuelta ese primer año?
Se dan siempre un cúmulo de circunstancias. Con la perspectiva del tiempo y el análisis podemos citar varias. Primero, veníamos con la inercia de un equipo campeón con dos ascensos consecutivos, ahí el grupo funcionaba muy bien. En el arranque, la ola de los dos ascensos todavía funcionaba y había unas sinergias importantes. Éramos un rival nuevo, nadie nos conocía al no haber estado nunca en Primera División y los equipos pensaron que podíamos ser la Cenicienta de la competición, cosa que en algunos casos pudo suponer en la primera vuelta que no se emplearan a fondo pensando que eran superiores a nosotros y eso nos favoreció.
La segunda vuelta de repente nuestros rivales descubren que el Eibar es un equipo ante el que no tienen que confiarse, nos estudian más y ese punto de relajación de la primera vuelta ya no lo tienen. Si a eso le añadimos que esa ola, que no deja de ser un estado de ánimo en el cual nosotros estábamos en uno agraciado, va llegando a la orilla perdiendo fuerza. Perdimos ese factor sorpresa. Por ejemplo, en la segunda vuelta bajó radicalmente el número de goles que metimos a balón parado.
La inexperiencia de la categoría también nos pasó factura. Con los 27 puntos de la primera vuelta quizás pensamos que iba a ser más sencillo salvar la categoría y quizás no nos reforzamos lo mejor posible en el mercado de invierno. La salida de Raúl Albentosa también nos afectó. En Primera hay equipos con experiencia y oficio que al final de temporada aprietan mucho más. Fue una lección que aprendimos.
Hay equipos que son capaces de meter otra marcha, nosotros íbamos a tope desde el principio. Éramos un coche humilde que iba en quinta y nos encontramos con rivales que iban en cuarta o en quinta, pero que en cualquier momento podían meter una marcha más a esa altura de la competición.
¿Qué partidos destacaría en estos dos años en la élite donde más satisfecho salió de Ipurua y donde menos?
Por el significado del rival: la victoria ante el Athletic en Ipurua la pasada temporada que ganamos por dos a cero. Jugábamos contra uno de los mejores equipos de España, el Athletic es una institución en el fútbol y vecino nuestro, con todo lo que supone. Creo que aquel partido lo ganamos con mucha superioridad. Fuera de Ipurua seguramente sea el 0-4 que le endosamos al Betis en el Villamarín. Es un equipo con mucha tradición, donde la grada aprieta y poco a poco nos fuimos haciendo con el control hasta el punto que el último gol de Borja Bastón terminó siendo aplaudido por el público.
En lo negativo creo que nos faltó algo en los partidos contra el Real Madrid y Barcelona en Ipurua, no sé qué, quizás competitividad. Te deja una espinita clavada, me dio la sensación de que nos ganaron fácil y son partidos que la gente tiene apuntados en el calendario desde hace mucho tiempo con toda esta leyenda del campo pequeño, del rival aguerrido, David contra Goliath… hacen que la gente se genere muchas expectativas que se esfuman cuando te hacen un gol rápido y acaba 0-4. Creo que contra el Barcelona hicimos mejor partido en el Nou Camp que en casa donde empezamos ganando pero los goles de Luis Suarez nos condenaron.
Contra los equipos de la zona media/baja demostramos que podíamos competir contra ellos sin problema pero contra los equipos top de la clasificación nos faltó competitividad para darle una victoria de esas que siempre es especial para la afición.

Alex Aranzábal en una entrevista para TVE. Foto: www.rtve.es
Muchas veces se habla de vasos comunicantes, en este caso es innegable comparar Eibar y Leganés, ¿le ve alguna similitud a ambas partes?
Sí, claro. Similitudes y diferencias. Empezando por lo segundo, Leganés es una ciudad de casi 190.000 habitantes, en Eibar somos 27.000. La ubicación cerca de Madrid a la hora de traer jugadores, conseguir cesiones o de llegar acuerdos con clubes internacionales siempre es un plus.
Similitudes en cuanto a club, muchas. El perfil de club, de lucha, humildad, gente sencilla, de pasar muchos años en el fútbol de barro, de esfuerzo y poco glamour, con esfuerzo y mucho sudor donde se va forjando la leyenda y el carácter. Recuerdo en la década de los 90 los partidos entre Eibar y Leganés que eran de tú a tú, que decías «somos parecidos y jugamos a lo mismo». La influencia vasca en Leganés creo que ha sido importante con el tema del míster Asier Garitano, que ha impulsado cierta filosofía vasca en lo que es el Club y en la forma de entender el fútbol.
Y por último, esa experiencia única de ser un equipo humilde que llega a Primera División. Lo que supone para la ciudad de Leganés lo vivimos nosotros hace dos años. Te conviertes en una marca de proyección mundial, ¡y sorprende! Cuando subimos insistí en que eramos una marca global, que el Eibar de toda la vida había sido una cosa fantástica pero que ahora teníamos aficionados en todo el mundo, desde México a China y eso a la gente de un pueblo le sorprende. Me mandaban fotos desde el D.F. o Shangai viendo el partido del Eibar. Hay que seguir sabiendo quienes somos, sin perder la identidad y los valores que nos han llevado donde estamos con una nueva realidad. Fue un cambio radical. Pasamos de recibir cesiones de chavales de la Real a jugadores del Milan.
El modelo deportivo es parecido: jugadores que mezclan calidad y ambición. ¿Se ha abierto un nuevo mercado?
Probablemente. ¿Cuántos equipos construyen sus plantillas poniendo sus ojos en lo mejor que hay en Segunda? Hay muchos equipos que ni miran porque no lo consideran su mercado. Nosotros nos dimos cuenta de que necesitamos ese jugador, uno que estuviera en la fase ascendente de su carrera, que tiene que crecer, que lo va a dar todo y está obligado a hacerlo para ganarse un hueco en el fútbol. Ese esfuerzo extra que hace el jugador beneficia, en el buen sentido de la palabra, al Club. También necesitamos otros jugadores más experimentados que entiendan la filosofía y la idiosincrasia del Club y que hacen de pastores del rebaño del resto diciendo «esto es el Eibar o el Leganés y así funcionan aquí las cosas».
Creo que es un modelo válido. Lo contrario sería tirar de jugadores más consagrados y ha habido casos que no salieron bien. Cuando alguien viene con su vida más o menos hecha hay un riesgo que puede que su implicación no sea total. Creo que tanto en Eibar y Leganés el jugador está obligado a darlo todo. Keko, Borja Bastón, Capa, Escalante, Dani García… no me quiero dejar nombres pero son jugadores que te van a dar más del 100% en intensidad y compromiso.
Otro modelo, «cantera sin cantera». ¿Es equiparable Madrid y Euskadi en este aspecto?
Me da la impresión de que no. En Madrid, al ser la capital, todo se centraliza mucho más, es como una puerta al mundo, el mercado es mucho más amplio mientras que el nuestro es más limitado. Allí son unos siete millones de habitantes y en nuestra zona, dos. También hay dos clubes como el Athletic y la Real Sociedad que el primer caso, el 100% de sus jugadores provienen de la región de ese mercado tan limitado y en cuanto al segundo, un porcentaje muy alto también salen de Zubieta. Aquí no hay ese enfoque tan internacional como pueda tener Madrid y luego hay ese monocultivo que tienen Bilbao y San Sebastián. Eso nos hizo pensar el modelo que queríamos para la cantera. Incluso los mejores jugadores de Eibar son captados por estos equipos como Galarreta, Oyarzabal o Susaeta.

Alex Aranzábal entre Enrique Cerezo y José Eulogio Gárate. Foto: www.atleticodemadrid.com
Inició el proyecto Ipurua Tallarra, que buscaba un acercamiento del Club al aficionado. ¿ha cumplido sus expectativas?
Sí, por supuesto. Lo que pretendíamos era un proyecto en cinco fases, que fuese la ampliación del estadio y mucho más. Eso quiere decir que los espacios que se fuesen generando en la ampliación aparecieran zonas para el conocimiento, formación, cultura, apertura al barrio… y así ha sido. La primera fase se concluyó en mi mandato. En Ipurua se dan actualmente cursos de entrenador con titulación oficial, hay también cursos relacionados con el arbitraje, convenios con la Universidad Pública del País Vasco, gestión de entidades deportivas…
Tallara viene de Talleres. Muchas veces las fábricas en Eibar históricamente convivían en el mismo bloque. Gente viviendo y en la planta baja el taller. Es un concepto muy eibarrés, optimizando el poco espacio que tenemos aquí rodeados de montañas. Decidimos transmitir ese modelo al fútbol con el concepto de «El fútbol más allá del fútbol».
Nos gusta mucho el fútbol, somos muy futboleros, nos gusta ver al Eibar pero teniendo en cuenta la sociedad actual donde este deporte tiene semejante repercusión e influencia sobre la gente joven y la sociedad, podíamos utilizarlo muchas cosas más allá de lo estrictamente deportivo y construir una sociedad más justa, más culta o más preparada.
Usted aprovechó la crisis y mantuvo la inversión en infraestructura, ¿el tiempo le ha dado la razón? ¿Cómo ha crecido la zona y la explotación del trabajo realizado?
Muchísimo. Presentamos un estudio con una empresa imparcial y el paso del Eibar supuso para la ciudad y la comarca unos 60 millones de euros en todo lo acontecido a hostelería, taxi, comercio, presencia en medios de comunicación…
En los momentos de crisis tendemos a tener miedo pero creo que tienen cosas muy buenas. Si tienes un poco de atrevimiento, puedas tomar decisiones que te lleven a un futuro mejor. La crisis es buena, no es que sea mala, es fantástica, tienes que abrazarla y sacar lo mejor de ti mismo, tener un ingenio más agudo, tomar decisiones que si no estuvieras en esa situación no lo harías. Sientan las bases de un futuro mejor.

Alex Aranzábal cortando una cinta conmemorativa junto a Vicente del Bosque. Foto: www.elmundo.es
Su gestión defendía el déficit cero, ¿lo sigue viendo viable en una categoría tan competitiva como la Primera División?
Sin duda. Nuestro pensamiento era que no queríamos endeudarnos. No solo tenemos déficit cero, si no incluso tenemos beneficios. Este año con un presupuesto de 30 millones ganamos diez y el año anterior con uno de 18, ganamos cuatro. Hay que gestionar con responsabilidad y con el dinero que se genera de la televisión los clubes pueden ser rentables y esa rentabilidad es algo que refuerza a la organización para construir una ciudad deportiva, una ampliación del estadio… La deuda ha sido uno de los lastres que ha tenido el fútbol español.
¿En que consiste su modelo de «n+1» para un club modesto como el Eibar y el Leganés?
Hay que entenderlo como algo de tránsito y de adaptación a la Primera División y como medida preventiva. Lo que no puedes hacer es volverte loco e incurrir en una serie de gastos o de fichajes que si en un momento pierdes la categoría eso te ahogue. Hemos visto ejemplos de equipos que han descendido con jugadores con fichas altísimas o estructuras de personal sobredimensionado. Al final han tenido la mitad de los ingresos con los mismos gastos y han reventado. Este modelo pretende que se no se dé esa situación.
Se ha hablado mucho de las campañas del C.D. Leganés. Usted remarca la importancia de las ideas. ¿Es la creatividad en estos tiempos un bálsamo para muchas entidades?
Hay que ser ingenioso, sin duda. Nosotros seguramente fuimos el equipo más pequeño de la categoría pero el que más decisiones planteó distintas. Reivindico la creatividad y el ingenio, el que te puedan plantear cosas diferentes. Hacer las cosas como los demás no te lleva a ningún lado. Piensas «vale soy pequeño, ¿pero en qué puedo ser mejor?».
El éxito y el fracaso también son dos de sus dogmas, ¿cómo se gestiona la destitución de Gaizka Garitano? ¿Pudo Asier Garitano ser su sustituto en algún momento?
Entendimos que se cumplió un ciclo. Hubo dos ascensos extraordinarios que pusieron el nombre de Gaizka en la historia del Eibar pero es verdad que la segunda vuelta solo hicimos ocho puntos de los que en 17 jornadas se consiguieron cuatro. Llegamos a la conclusión de que había que realizar un cambio, agradeciendo todo lo que hizo por el Club e hicimos una apuesta por Mendilibar que conocía bien como funcionaba esto.
Siempre valoramos muchos nombres. Asier fue futbolista nuestro, es de Bergara que está a 10 minutos en coche de Eibar y representa los valores y la idiosincrasia del Club. Es una persona muy cercana a nosotros.
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