Después de un mes en el que los rumores en torno a Chuli llegaron hasta diferentes ciudades, el onubense terminó firmando por cinco temporadas con el Almería. Casualmente, el primer rival del Leganés en esta nueva Liga.
Chuli, en su presentación con la U.D. Almería (Imagen: www.udalmeriasad.com)
El onubense volvió a hacerse un nombre -y un hombre- tras su paso por el Leganés. Le bastaron seis meses para ganarse el cariño de la grada pepinera, no sin méritos propios. Por once, en concreto. Uno tras otro, Chuli se alzó con el pichichi blanquiazul para llevar su número 12 a la espalda de los aficionados, que no dudaron en serigrafiar sus camisetas a sabiendas de que era un jugador cedido, efímero, pasajero, momentáneo. Pero los cracks son así, venden camisetas.
Llegó el verano, su contrato terminó, y el aficionado confió en que el interés deportivo y económico del Leganés pudiera atar a la estrella onubense. Pero Chuli tenía claro su destino, y dejó una carta de despedida, de cariño, de agradecimiento a un club que le propició un futuro mejor del que tenía antes de pisar Butarque. Su destino no era el Leganés. Entre otras, terminó aceptando la oferta del Almería, de su ya conocido Sergi Barjuán, recién descendido de Primera División, y a día de hoy, uno de los ‘grandes’ de Segunda. Su destino, tarde o temprano, es volver a Primera.
El calendario no podía haber sido más ‘morboso’: Almería – Leganés para abrir boca. Los pepineros viajarán al Estadio de los Juegos Mediterráneos, de Primera estos últimos dos años, para dar la campanada. Será difícil empezar peor lejos de Butarque, pues hasta la jornada 17 en Sabadell, la pasada temporada los pepineros no lograron una victoria a domicilio. En Almería, además de en los otros diez, confiamos en Serantes.
