El Leganés visitará al Mirandés este domingo y volverá a pisar el césped de Anduva, donde se logró el ascenso a Primera División

El 4 de junio de 2016, la ciudad de Leganés descubrió que los sueños se cumplen. Han pasado más de cinco años desde que el club pepinero tocó el cielo de Anduva después de ascender a Primera División. El domingo, el Lega volverá a ese escenario en una situación muy diferente. Con el único objetivo de ganar para salir de los puestos de descenso, los de Asier Garitano llegan en una situación muy distinta a la de por aquel entonces. Ahora, el club ha crecido y el ascenso es un objetivo prioritario y no un sueño casi inalcanzable como lo era en aquella temporada. Y a los mandos está el mismo comandante del barco.

Ese comandante quiere tener los pies en el suelo. Garitano asegura que es un partido más a pesar del bonito recuerdo que tiene allí, pero tanto él como Bustinza, único superviviente de aquella plantilla, sabrán mejor que nadie lo especial que es volver a pisar ese césped en el que, hace un lustro, pasaron a formar parte del selecto grupo de gente que compone la Primera División. El gol de cabeza de Pablo Insua significó el comienzo de la mejor etapa de la historia del Leganés. Cuatro años en los que el equipo y sus aficionados se han dado cuenta de que la ambición puede con todo y, sobre todo, que los sueños se cumplen.

Desde el primero hasta el último aficionado del Leganés firmarían sin pensarlo un resultado como el de aquel entonces. Un corto 0-1 que daría tres puntos y que mantendría al equipo en la senda de la victoria para poder salir de una vez de esos puestos de descenso y empezar a aspirar a objetivos más grandes. Enfrente estará un Mirandés que no lo pondrá fácil. Siempre complicado, el conjunto dirigido ahora por Lolo Escobar se encuentra en puestos de play off y es uno de los equipos más peligrosos de la categoría.