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El Rival: Real Valladolid

El rival Valladolid

Por Jesús Domínguez para somoslega.com | Director de Blanquivioletas.com

Lejos de la palabra que no debe ser nombrada. El Real Valladolid ha comenzado el curso peor de lo que esperaba, incluso cuando desde principio de temporada ha huido de la palabra ascenso.

El Real Valladolid tiene su propio Lord Voldemort. A pesar de que la ciudad lo ansía con fervor (todo el fervor que Valladolid puede mostrar), desde que la temporada dio comienzo, o incluso antes, ha huido de la palabra ascenso. El objetivo es estar arriba, confirmó Miguel Ángel Portugal en su presentación, evitando también lo que debiera ser una obligación.

El pretexto es que otros clubes están en una posición económica semejante o hasta superior. En estas, en diferentes medios se ha publicado que el Real Valladolid tiene el tercer presupuesto de la categoría… algo que el campo no refleja.

No lo hace porque está lejos de «estar arriba», y porque ello viene derivado de una extraña pesca en el mercado veraniego. La dirección deportiva, encabezada por el gallego Braulio Vázquez, fichó más bien tarde y sin el nombre de otros equipos. Los esfuerzos parecían destinados a firmar un delantero de postín, con el objetivo, así, de asegurar la calidad en las dos áreas. Sin embargo, este nunca llegó.

En defensa se confió en picapedreros varios, en jugadores de pierna dura y con cierta experiencia como Marcelo Silva, Moyano o Juanpe, además del repescado Samuel y del novel Mario Hermoso. Bajo palos, dos promesas, Kepa, que llegará a ser internacional absoluto por España, y Bruno Varela, cuya llegada vino forzada por otra espantada de Diego Mariño.

La línea continuista en la planificación del plantel en su zona ancha dejó otra vez al descubierto el principal problema del Real Valladolid el pasado curso: la falta total de fútbol. Así, solo llegó Tiba, de quien se espera aún el salto de calidad que por su pasado reciente se supone que debe dar. Rubio, Leão y Timor, con Garitano, fueron «lo mismo», la pobreza. Sin él, aún deben crecer (si es posible).

Los errores del pasado se repitieron porfiando la mediapunta a un Óscar apático y al que últimamente le viene apeteciendo poco y apostando de nuevo por un Mojica con grandes carencias, a pesar de su condición de atleta. Lo bueno, que Guzmán, Villar y Manu del Moral ofrecen una alternativa, cuanto menos, peleona. Y si Alfaro se terminara de recuperar de su gafe…

Tres son los puntas: Rodri, Diego Rubio y Erick Moreno. El primero es la voluntad, a veces, acompañada de gol (y casi siempre de torpeza). Rubio, de cierto renombre y con unas referencias geniales, está por descubrir, si bien las esperanzas puestas en él son muchas (llegó al final del mercado y en propiedad; ¿el delantero de postín?). Erick Moreno… digamos que parece el nuevo Manucho, o peor, el nuevo Ogbeche.

Con estos mimbres, Gaizka Garitano duró más bien poco en el banquillo. Le pesó la planificación tardía y que el vestuario (Óscar) no terminaba de encontrarse cómodo con su apuesta futbolística. Así, se perdió entre esta y lo que el vestuario (Óscar) quería, los resultados nunca llegaron y fue destituido con presteza, vistos tanto los resultados como esa ‘distancia’ con su plantilla (no solo Óscar).

El fichaje de Miguel Ángel Portugal sorprendió y, en la línea de lo que le precedió, no ilusionó a una afición anestesiada. Sus dos partidos al mando se han saldado con la obtención de cuatro puntos, una media inglesa que, para empezar a mirar hacia arriba, ha de valer… si es que el equipo termina de despejar dudas, comienza a jugar –se supone que el burgalés quiere al toque– y los resultados llegan.