El ex futbolista José Luis Dorado habló con Somoslega.com para repasar su carrera y contarnos sus impresiones de cara al partido que enfrentará al C.D. Leganés con el Elche C.F., equipo que le trae grandes recuerdos.
Recordado por ser el capitán del primer ascenso a Segunda División del conjunto pepinero, aquella tarde de junio en el Luis Rodríguez de Miguel, él y sus compañeros hicieron historia. Una que ya empezaban a vislumbrar. «Fue anteriormente al partido del Elche, en la fase de ascenso, previamente en la liga ya veía algo. Quedamos campeones de grupo por delante del Toledo, que tenía una plantilla importante, del Salamanca, del Getafe… Teníamos un equipo muy fuerte y ahí es donde te das cuenta. Luego los playoff son una lotería, pero antiguamente con la liguilla era diferente. Empezamos en Jerez empatando a uno y ahí nos fuimos entonando. El siguiente partido ganamos en casa y piensas que puedes hacer algo importante. En principio no contábamos para nadie, Elche y Xerez eran los favoritos. El equipo llegó muy bien al final en todos los aspectos, nos salía todo, en momentos puntuales metíamos un gol y ganábamos el partido. Tuvimos también ese puntito de suerte que hay que tener siempre», narraba el de Los Yébenes con pelos y señales de como el Leganés hizo historia aquella temporada 92/93.
«AQUEL AÑO FUE UNA MEZCLA DE VETERANÍA Y JUVENTUD. FUE UN CÓCTEL BASTANTE BUENO»
No les faltó motivación pero había una persona que era la que llevaba la voz cantante en un vestuario con mucha gente dispar. «Luis Ángel Duque era el que nos arengaba. Nos exigía muchísimo y sabía que podíamos darlo. Luego éramos los capitanes, Mesas, David o yo mismo, la gente más veterana. Aquel año fue una mezcla de veteranía y juventud, algunos venían del filial, aunque ya estaban con nosotros desde hacía varios años. Fue un cóctel bastante bueno. En aquella época apostaron un poco por la cantera, ya que traían gente de fuera y no funcionaba. La cantera es muy importante, ahora mismo en todos los equipos están cuidadas, eso sí, luego hay que ponerlos».
Y fue el propio Luis Ángel el que apostó por ellos y por aquellos jugadores experimentados. De carrerilla va nombrando a sus ex compañeros de vestuario. «En aquella época salieron jugadores como Alfredo y Vivar Dorado, que posteriormente jugaron en Primera. Aparte de ellos teníamos a May en el centro del campo, a Peces y Antonio arriba, una muy buena defensa, luego con Chuso por la derecha y Miguel Ángel por la otra y también un buen portero, Aguilera«, todos ellos héroes del ascenso.
«Recuerdo muchos viajes, algunos que veníamos de Ceuta y a las 7:00 irme a trabajar casi sin dormir.»
Preguntado por las diferencias entre la época que le tocó jugar y el estilo de juego actual era tajante. «El fútbol, tanto el antiguo como el de ahora, es igual, quizás un poco más físico que antes. Cuando jugábamos, andábamos como motos, como los de ahora. Los de más nivel a lo mejor tienen menos tiempo para entrenar (Barça, Real Madrid, Atlético) pero con los partidos cogen tono físico. A lo mejor las lesiones van por ese camino, que no están todo lo preparados que tenían que estar».
También valoró la competición, la cual constaba de 20 equipos y las victorias valían dos puntos por aquel entonces. «Ahora son un equipo de profesionales. Nosotros éramos amateurs, teníamos que trabajar y dedicarle tiempo a la familia. Yo estuve trabajando 15 años en una fábrica y luego en un negocio que monté por mi cuenta y en el que sigo actualmente. Recuerdo muchos viajes, algunos que veníamos de Ceuta y a las 7:00 irme a trabajar casi sin dormir. Ir a Ferrol, Orense o Pontevedra, era una odisea, antiguamente no había las carreteras de ahora que tardas unas horas menos. Por ejemplo ir a Algeciras o La Línea de la Concepción te suponía unas 10-12 horas en autobús«.
«YO ME QUERÍA HABER RETIRADO EN EL C.D. LEGANÉS»
Mesas o Tocho recogieron el testigo tras su marcha a los 32 años, con 265 partidos a sus espaldas. Sin embargo él, no se define como su padre futbolístico. «Hombre el padre no, pero si les pude ayudar de alguna manera espero que se quedasen con lo bueno, no con lo malo, con el carácter o las ganas de ganar. Mesas si es algo más parecido a mi, de suplir las carencias con fuerza, con ganas, con entrega«.
«Tuvimos un premio, por lo menos en mi caso, de jugar dos años en Segunda División, yo nunca me lo habría imaginado. El primer año fue un espectáculo, terminamos la primera vuelta con 13 puntos, la segunda vuelta fue escandalosa, nos salvamos en el último partido contra el Hércules envueltos en una alegría general, como el día del ascenso con el Elche», narraba la experiencia de su primer año como profesional.
Sin embargo el segundo y último no sería tan especial, aunque fuese uno de los hombres más usados por Luis Ángel Duque, el equipo acabó descendiendo. «El año siguiente fue un poco más complicado. Vino gente nueva que quitó a gente del año anterior y no dieron lo que se esperaba. Empiezan a llegar los representantes y marean. En mi caso trajeron dos laterales izquierdos aunque por H o por B terminé jugando, participé en 35 partidos, no me puedo quejar. Fue un año amargo. Yo me quería haber retirado en el Leganés y por circunstancias, salí un poco de mala manera, no se portaron bien conmigo tanto el presidente, Jesús Polo, como alguien más».
EN BUTARQUE: «ME SORPRENDE CUANDO VOY AL CAMPO QUE LA GENTE ME SALUDA Y SE ACUERDA DE MÍ»
Era frecuente ver a los jugadores correr por la ciudad para entrenarse mientras les llovían los piropos y los ánimos. «La afición con nosotros siempre se portó muy bien, nunca nos exigió más de lo que podíamos dar. Siempre que nos veían nos aplaudían. Teníamos un grupo muy bueno, éramos amigos, sin rencillas entre compañeros. La fórmula de que tuviéramos el éxito de subir a Segunda seguramente fue eso, que eramos amigos e íbamos todos a una«.
«Rafa Benitez ya apuntaba porque es un tío muy estudioso del fútbol y le encanta. Supongo que se pasará muchas horas delante del ordenador.»
Preguntado por el Lega actual, los más veteranos de Butarque no dudan en comparar a Dorado con el actual capitán del C.D. Leganés, Martín Mantovani. «Más o menos nos parecemos, yo técnicamente no era muy fuerte, pero tácticamente y físicamente era un jugador que hacía mi trabajo«. A sus 54 años todavía se le puede localizar por el Municipal de vez en cuando. «Me sorprende que cuando voy al campo la gente me saluda y se acuerda de mí. Me dicen que quieren que vuelva a jugar, ¡ójala pudiera!, pero el tiempo pasa«.
De las ocho temporadas que vistió la zamarra blanquiazul afirma que «tengo muchos recuerdos», pero se queda con «todos los amigos. Nos juntamos ahora como veteranos y es bonito que hasta gente que no ha jugado conmigo me diga crack, me dé abrazos e incluso besos como Quini. Gente que le han hablado de mí y que por cada sitio que vayas, tienes un amigo».

Benitez, segundo por la derecha de pie y Dorado, primero por la derecha agachado, en la A.D. Parla.
La última iba cargada con tintes blancos. Después de su época en el Leganés y tras pasar por el Fuenlabrada, compartió vestuario en la A.D. Parla con el actual entrenador del Real Madrid, Rafa Benitez, del que se deshace en elogios. «Siento orgullo de haber sido compañero de él, de ser su amigo. Ahora mismo estando en el nivel que está, estamos un poco alejados, pero si nos viéramos no habría ningún problema, es más, cuando dirigía al Valencia lo hicimos y seguimos tratándonos como si hubiéramos sido toda la vida compañeros». ¿Se le veían tablas como entrenador por aquel entonces? «Sí, ya apuntaba porque es un tío muy estudioso del fútbol y le encanta. Supongo que se pasará muchas horas delante del ordenador. Estoy seguro que estudia al contrario, el balón parado, las jugadas… todo. Es un tío que se lo merece porque se lo ha trabajado mucho«.