Era una final y se jugó como tal. Desde un principio el dominio fue local. Los hombres de Asier Garitano buscaron tener la pelota, buscaron abrir mucho el campo y crear peligro por ambos costados. Por el derecho El Zhar, por el izquierdo Szymanoswki ayudado, y mucho, por Diego Rico.
El lateral izquierdo fue una constante en ataque. Doblando a Szymanowski y dando siempre opciones en ataque.
Otro de los hombres destacados y que dio equilibrio al centro del campo fue Erik Morán. Era el encargado de sacar la pelota y en más de una ocasión encontró pases para romper a la defensa del Granada. De sus botas nació el gol de Machís.
Primero robando ese balón que le regala Lombán.
Segundo dando continuidad a esa jugada y sumándose al ataque.
Y tercero llegando hasta el área, levantar la cabeza y ver como Machís llegaba solo por la izquierda.
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