El Leganés cedió los tres puntos en Ipurúa, tras una primera mitad igualada y una segunda parte en al que se vio superado por el Eibar, tras un gol, el de Gálvez, que representó la garra con la que el Eibar aguantó todo el partido.

SD EIBAR 1 -0 CD LEGANÉS

Asier introdujo rotaciones en el once y en la convocatoria. Sin Szymanowski ni Rubén Pérez como ausencias destacadas -ambos se quedaron en Madrid-, se le sumó la de Ezequiel Muñoz nada más empezar, quien se retiró con molestias tras un fuerte golpe en la espalda. Le sustityó rápidamente Mauro Dos Santos, que junto con Naranjo y Darko Brasanac disfrutaron de sus primeros minutos como pepineros. Estos dos últimos quizá no hicieron su mejor partido, pero sí que fueron de los destacados del Leganés, sobre todo en la primera parte, donde el equipo de Garitano tuvo más protagonismo. Darko mostró algunas de sus cualidades, como es la salida rápida de balón, y Naranjo demostró velocidad, desborde y disparo, todo en ello en una sola acción y a la vez ocasión, la mejor para el Lega, al filo del descanso.

Hasta ahí duró el Lega, porque en la segunda parte, el Eibar no concedió ni un milímetro. Un balón dividido en medio campo lo ganó Gálvez frente a Omar Ramos, y de ahí al área. Pared con Inui, y gol de cabeza del defensa local, que subió con ganas y consiguió colarla en la portería de Cuéllar, adelantando así al Eibar y poniendo las cosas más que complicadas al Leganés. Tanto fue así, que el partido cambió por completo y como si se hubiera inclinado el campo hacia el área de Cuéllar, el Lega no fue capaz de asustar, crear peligro ni aguantar siquiera la posesión. Entre tanta caída, parón y faltas -hasta cinco tarjetas se llevó el Lega-, Asier hizo debutar a Amrabat, además de introducir de nuevo a Beauvue, quien ya disfrutara de minutos contra el Getafe, pero el partido siguió hasta el final igual de arrítmico, sin vida, gris. Para olvidar.