El guardameta argentino analizó en la emisora argentina De La Bahia FM, los seis meses que pasó a préstamo en el C.D. Leganés.
El regalo de Reyes anticipado en forma de portero que recibió el portero el conjunto pepinero hizo balance a su vuelta a Argentina. El cancerbero llegó no con un objetivo, si no con dos: «mi objetivo de este semestre era que Olimpo y el Leganés salvaran la categoría», teniendo muy clara su situación desde antes de pisar territorio español. «Sabía que iba a jugar los primeros partidos hasta el regreso del portero titular». A pesar de solo jugar cuatro partido, el ex de Olimpo trabajó hasta que le llegó la oportunidad una vez que Iago Herrerín se hizo con el puesto de titular. «Los jugadores y el entrenador me hicieron sentir importante. Eso me dio confianza para el final». Un final de temporada en el que fue protagonista, jugando el partido decisivo contra en San Mamés y contra el Alavés en Butarque para cerrar una temporada histórica. «Me tocó jugar poco, pero estuve en el campo en el partido contra el Athletic que nos salvamos del descenso y fue algo increíble.
«Sobre Leo Messi: «Hacía doce años que no nos veíamos y que se acuerde de mí es más que cualquier obsequio que me podría haber llevado»
«Es un club con muchas ganas y compromiso para crecer. Es un lugar serio». Así definió su paso por el sur de Madrid el arquero argentino. Del futuro también hablaó: «Quiero seguir en España. Mi objetivo es continuar en este fútbol por lo personal y porque con una venta puedo devolverle económicamente a Olimpo lo mucho que hizo por mí». A pesar de ello, Nereo fue cauto ya que no las tiene todas consigo. «El Leganés tiene la prioridad pero todavía no he hablado nada«.
De su experiencia en Europa rescató varias anécdotas, como la ocurrida con el astro argentino Lionel Messi en el mes de febrero en el Camp Nou. «Cuando visitamos al Barcelona estuve en el banquillo pero tenía pensado pedirle una camiseta a Leo, de quién fui compañero en el Mundial Sub 20 en el año 2005. Él salió del vestuario para comenzar el segundo tiempo y vino a saludarme, a preguntarme por mi familia y como estaba en España. No me animé a pedirle nada (risas). Hacía doce años que no nos veíamos y que se acuerde de mí es más que cualquier obsequio que me podría haber llevado». También destacó la trascendencia del fútbol en comparación con su país de origen y los aficionados pepineros. «Aquí el fútbol no se toma como vida o muerte. Hay más tolerancia que en Argentina».