El Leganés no pasó del empate sin goles ante el C.D. Lugo y dejó la peor impresión en lo que va de curso, a excepción de los minutos iniciales en Almería. Con pocas ocasiones y escasa fluidez, el punto logrado por el equipo de Asier Garitano fue la mejor noticia para un Lega que se ubica en la decimoséptima posición de la Liga Adelante.

CD LEGANÉS 0-0 CD LUGO

Sonó el pitido final y la sensación fue de vacío. Otros dos puntos que vuelan de Butarque en una tarde que resultó como las malas películas, de esas que cuando terminas de verlas piensas que has malgastado dos horas. Poco fútbol, pelea constante por tener la posesión del balón y ocasiones contadas con los dedos de una mano. Un partido pobre de dos rivales que aspiran a ser muy dignos y muy atractivos, pero que en la jornada cinco no están en disposición de ello, sobre todo el pepinero. Avisó Guillermo a las primeras de cambio, que estrenó titularidad liguera en detrimento de un mermado Borja Lázaro.

La semana le ha sido puñetera al carabanchelero y unas molestias físicas le sacaron del once este sábado. También entraron Gabriel, Omar Ramos y Luis Ruiz, que no jugaba un partido completo desde Segunda B. Se le notó al bueno de Luis, cuyo carril izquierdo fue un caramelo para los atacantes gallegos. Joselu replicó al cabezazo de Guille con un disparo que se marchó al cementerio. Sí, al cementerio. Al que está justo detrás del estadio. Alguno se revolvió al sentir lo que estaba pasando en Butarque.

Y en la segunda parte, más de lo mismo. Tan justo hubiera sido el 1-0, como el 0-1, como la patata de 0-0 que se terminó viendo. En los ‘mejores’ momentos del equipo de Luis Milla, su delantero Pablo Caballero desperdició un buen balón de Jonathan Pereira, que tuvo un debut exprés. El jueves lo presentaron y hoy a punto estuvo de convertirse en protagonista. También la tuvo Szymanowski, nuevamente el rabo inquieto de este equipo, y un Mantovani que acarició la victoria con un cabezazo en un córner.

José Juan, el meta del Lugo, se encontró el cuero y lo atajó en dos tiempos. Entró Borja Lázaro, también Íñigo de Galarreta, pero nada cambiaron en un decorado que tenía todas las de seguir siendo gris. Eizmendi, de refresco, no mejoró a Miramón y el Lega acabó por aceptar el empate. De hecho, los minutos finales delataban que la cabeza jugaba con los pies. «Mejor no perder en el último minuto lo que tuviste en tu mano durante los otros 89». Y la semana que viene, Mendizorroza. Pónganse el cinturón.