Tras rescindir el contrato que le ligaba al Recreativo de Huelva, el sevillano ha firmado dos años con la entidad madrileña en la que tratará de aportar su oficio en el campo.

Víctor Díaz en un partido ante el Guijuelo. Foto: www.moiceleste.com
El jugar andaluz comenzó a dar sus primeras patadas a un balón en el equipo de su barrio, Nervión. No tardó en atraer la atención del Sevilla F.C. para incorporarlo a sus categorías inferiores que lo reclutó en edad alevín. Fue creciendo en la entidad hasta llegar al filial, solo interrumpido con una cesión en la A.D. Nervión. En su tercer año de juvenil ya jugaba en el Sevilla Atlético en Segunda División B, con el que consiguió el ascenso de categoría tras derrotar al Burgos. Solo disputó seis partidos pero ya empezó a ganarse un hueco para la siguiente campaña. En esa época estuvo cerca de firmar por el Liverpool pero decidió continuar cerca de su casa.
Sus buenas actuaciones lo llevaron a ser convocado ese mismo verano con la selección española sub 19 con la que se coronó campeón del Europeo al derrotar a Grecia en la final. Con su club se ganó el derecho de permanecer en la plantilla hispalense que debutaba en Segunda División. No debutó hasta la jornada número 14 ante el Racing de Ferrol, añadiendo 16 partidos más a ese en su primera campaña como profesional, todos bajo la tutela de su nuevo entrenador Fermín Galeote. Fue incluido en los premios Futbol Draft en la posición de lateral derecho, en la que finalmente el ganador fue César Azpilicueta.
Cumplía su segundo año en el filial hispalense pero una inoportuna lesión no le dejó participar en más de 19 encuentros en una campaña aciaga para los nervionenses que terminaron en la última posición de la tabla clasificatoria, volviendo a las garras de la 2ªB. Su última temporada como sevillista volvió a truncarse en la recta final, pero aun así termino disputando 28 partidos, con los que cerraba un ciclo y hacía las maletas por primera vez fuera de Sevilla rumbo a Oviedo.
Los carbayones habían intentando hacerse con sus servicios en el mercado invernal pero el jugador sevillano decidió apostar por quedarse. Ya como jugador ovetense se hizo rápido con un puesto en la titularidad y participó en 34 partidos de liga y dos de copa, en los que anotó dos goles que no sirvieron para acercar a la entidad del Principado a los puestos de promoción, con lo cual el conjunto asturiano decidió no renovarlo.
Decidió probar suerte en el Charlton inglés a modo de prueba, eligiendo la opción inglesa por delante de la del AEK de Atenas donde entrenaba Manolo Jiménez. Finalmente no hubo acuerdo entre las dos partes y el último día del mercado veraniego fichó por el filial del Celta de Vigo. También se hizo dueño y señor del carril diestro para firmar 33 presencias, con un gol, en un año en el que los celestes terminaron descendiendo de categoría. Se enfrentaría por primera vez al Leganés, su actual equipo, fue en A Madroa, pero seguramente no olvide el partido de vuelta donde los pepineros le endosaron un 4-0 a él y a su compañero Queco Piña, con un hat-trick de Rubén Navarro incluido.
A pesar del descalabro, el sevillano se ganó otra vez el honor de volver al fútbol profesional. Al no contar con los vigueses en Primera (tenía la opción de prorrogar el contrato tres años), si lo hizo en las filas del Lugo en la Categoría de Plata, donde su polivalencia le hizo tener siempre un sitio en el once de Quique Setién. Un año después y ya con menos presencia en el esquema del técnico cántabro decidió poner fin a su bienio en la entidad lucence con la que disputó 55 partidos entre liga y copa y en los que marcó cinco goles.
Ponía rumbo el pasado año a Huelva, donde en lo personal le salió excepcional, siendo el tercer jugador con más minutos y partidos de la plantilla con 37 presencias en liga (2 goles) a las que sumó otras dos en Copa del Rey. Sin embargo en lo deportivo fue todo lo contrario, el equipo empezó a adeudar nóminas a los trabajadores al mismo ritmo que se acercaba a los puestos bajos de la clasificación. Finalmente no pudieron salvar la categoría, devolviendo al Decano a la Segunda División «B».
Tras rescindir su contrato, perdonando parte del sueldo que no se le había pagado, Víctor Díaz recala en Leganés para aportar su polivalencia al conjunto de Asier Garitano. Su posición principal es la de lateral derecho, pero puede actuar en el otro costado, en el centro de la defensa y por delante de la misma. Es un jugador que se anticipa muy bien al rival y que su mayor virtud está en el juego aéreo y la profundidad por el carril.
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