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TEMA 3. CON LUIS ÁNGEL DUQUE EMPEZÓ TODO: CARÁCTER, CORAZÓN Y CANTERA

«La inspiración existe, el toque de genialidad, la idea feliz, la mano celestial que te da eso que no eras capaz de encontrar, pero la única forma que hay de que te alcance es si trabajas, si investigas, si peleas, si vas a por ello porque de otro modo no esperes milagros»

Pablo Picasso

  1. CON LUIS ÁNGEL DUQUE EMPEZÓ TODO: CARÁCTER, CORAZÓN Y CANTERA

“Tu amigo Luis Ángel es la mejor persona que yo me he encontrado en el mundo del fútbol”. Jesús Polo González (testimonio personal).

Luis Ángel Duque ha dado la consigna de pensar partido a partido. No quiere que sus discípulos se obsesionen con las cábalas y las cuentas para transitar por la zona noble. Diario La Voz de Galicia, 16 de febrero de 2002.

“¿Qué impresión le ha causado el actual entrenador, Luis Ángel Duque? Muy bien. Parece que es, como se dice hoy en día, un cachondo. Se lleva muy bien con los jugadores. Les sabe entender fenomenal. Es muy trabajador. Me da que va a desarrollar aquí una extraordinaria labor. ¡Ojalá tenga suerte!”. Manuel Martínez (Manolín), Utillero de la Cultural y Deportiva Leonesa. Diario de León, 30 de septiembre de 2003.

“Apareció en Ávila, un gran entrenador y mejor persona, Luis Ángel Duque. El excelente técnico nos iba a devolver a Segunda División B. Arrasamos en la fase de ascenso. Nos correspondió jugar con el Navia, el Celta B y el Real Madrid C. Fuimos a Madrid con diez autocares, lo nunca visto. El portero del Real Madrid C, de Tercera División, al que nos enfrentamos en la Ciudad Deportiva blanca (entonces junto al Hospital de La Paz) era Iker Casillas. En ese equipo también jugaba Pavón. Les metimos cuatro goles (2-4, con la presencia de unos mil seguidores rojillos). Mi hijo estaba conmigo, tenía unos cinco o seis añitos. Me preguntó, ¿Por qué lloras, papá? En efecto, había vuelto a llorar con mi Real Ávila, otra vez, afortunadamente, de alegría”. Testimonio de un seguidor del Real Ávila en un foro. Fecha: 31 de enero de 2009.

Sin duda te va a sorprender, querido lector, querida lectora, cómo conocí a Luis Ángel y a su familia. Hace muchos años, en el siglo pasado, me enfrentaba al reto de la Tesis Doctoral.

De toda la vida seguidor del Lega, la llegada de Luis Ángel Duque Mata (nacido en Madrid, 31 de octubre de 1953) al primer equipo me hizo ver rapidísimamente que era un motivador nato y un gran técnico. Esfuerzo, solidaridad y compromiso eran las características de sus equipos, ya desde su brillante ejecutoria en el filial blanquiazul, entonces bajo la denominación de Agrupación Deportiva Legamar.

Y la solidaridad de Luis Ángel cruzaba también hacia el exterior el umbral del vestuario: el Lega empezó a donar sangre a iniciativa del técnico.

FOTO: ARCHIVO CD LEGANÉS

Justamente mi Tesis Doctoral se desarrolló entre el 11 de noviembre de 1987 y el 28 de junio de 1993 (esta última fue la fecha de su defensa en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid). Como algunos recordarán, precisamente el día anterior se produjo el ascenso al fútbol profesional, a la Segunda División “A”, del Club Deportivo Leganés.

En efecto, el domingo 27 de junio de 1993, Leganés estalló de felicidad. “Barsa, Madrid, el Lega ya está aquí” o “Duque se queda, Duque no se va” (el técnico del ascenso podía tener un nuevo destino) eran algunos de los cánticos que se escuchaban en aquella noche de exultante felicidad en la Plaza de la Fuente Honda y aledaños.

La victoria por 3-0 frente al Elche, un equipo de auténtica categoría, en el que militaban, entre otros ilustres, el actual entrenador del Athletic Club de Bilbao, Marcelino García Toral, ponía la guinda a una temporada en la se derrochó esfuerzo, entrega y buen hacer. Recuerda Luis Ángel sobre aquel decisivo partido lo que planificó y transmitió a sus pupilos: su once, en el que figuraban tres hombres con clara vocación ofensiva (Antonio Martín Rubio, Miguel Ángel García Peces y Miguel Ángel Muñoz Benítez) dejaba muy a las claras que el empate no entraba en los planes del Lega por más que ese resultado pudiera, a la postre, ser suficiente. Como bien apuntaba Luis, “El conformismo hubiese sido un lastre para nosotros, yo solo les digo que nuestra grada (5000 pepineros y 2000 ilicitanos) nos iba a llevar en volandas, que saliesen al campo a dejarse todo, que el resto saldría bien”. Duque personalizó incluso sus consignas anticipando la estrategia de su rival y conteniendo la euforia si llegaba el primer gol, por mucho que los ilicitanos necesitasen dos para arrebatar al Lega su objetivo (páginas 151, 152 y 153 de la obra Memorias del Lega, a la que más adelante se hará cumplida referencia en su calidad de libro recomendado para todo seguidor pepinero).

Toda la magia creada en aquella maravillosa temporada la expresaba muy bien Luis Ángel, a modo de síntesis: “Yo les daba el cien por cien a los jugadores y ellos a mí también”.

José Jesús Mesas, uno de los capitanes del Lega, recuerda la heroicidad de aquel inolvidable ascenso: hay que destacar, decía Mesas, “la ilusión de una ciudad volcada con su equipo en el antiguo Municipal de Leganés como decían las retransmisiones radiofónicas de los domingos a las 12 de la mañana, de los fieles aficionados que llegaban caminando y llenaban el Estadio, las celebraciones en el balcón del antiguo ayuntamiento, de los interminables viajes en autobús con ida y vuelta en el día (…) trabajo, respeto, compañerismo, arrimar el hombro en momentos difíciles y humildad, todo ello fusionado dio como resultado “EL LEGA” (Sentimiento Pepinero, Revista Oficial del Club Deportivo Leganés, Número 3, 22 de noviembre de 2009, página 25).

FOTO: ARCHIVO CD LEGANÉS

Estando ya el equipo en Segunda División “A”, y haciendo uso de las Guías Telefónicas de entonces (gruesos volúmenes en papel que incorporaban el nombre del abonado, su dirección y su teléfono), localicé la dirección del técnico pepinero y le escribí una carta. Así, sin conocerle. Lo hice porque me sentía en la obligación moral de darle a conocer todo lo que me había ayudado, sin saberlo, con su filosofía y talante para afrontar con éxito la oposición y para felicitarle de corazón, desde lo más profundo de mi alma, por todo lo que había hecho por el equipo de mi vida, el Club Deportivo Leganés. Por supuesto, pese a ser consciente de su extraordinaria calidad humana, era difícil esperar una reacción tan maravillosa como la que tuvo conmigo sin conocerme personalmente. Aunque sólo fuera porque apenas le quedaba tiempo para otra cosa que no fuera su dedicación al Lega. De repente, parecía que el agradecido era él y, de ninguna manera, el agradecido era yo.

Me citó en un entrenamiento para conocerme personalmente. Cuando aparecí en el Luis Rodríguez de Miguel con mi maletín y mi corbata, tras la jornada en la Universidad, me encontré, entre otros, al bueno de David Díaz-Guerra Lorenzo. Este toledano, extraordinario futbolista y persona, con 209 partidos como pepinero a sus espaldas, entre 1990 y 1996, y que llegaría a aplazar la fecha de su boda para jugar uno de sus encuentros con el Club Deportivo Leganés, en Segunda División “A”, comentó al verme, en tono de buen humor: ese señor, que lleva el maletín, es el Presidente del Ajax que ha venido a ficharnos a todos. Rápidamente te dabas cuenta de que en ese vestuario se respiraba un muy buen ambiente, sencillez, humildad y, a la vez, sana ambición. Me había encontrado allí, junto a su maestro Luis Ángel, a futbolistas muy jóvenes, humildes y enormemente trabajadores

De una manera entrañable, Luis me dedicó su libro sobre fútbol titulado Fútbol básico, Editorial Alhambra, Colección Deporte y Sociedad, 1990, con Prólogo de Emilio Butragueño (guardo el ejemplar “como oro en paño”) y también me facilitó varios recuerdos del Club. Pero por encima de todo, el trato cariñoso e irrepetible que me dispensó me vuelve a emocionar con solo recordarlo.

En realidad, lo que yo le quise transmitir no era más que un humilde reconocimiento a su trabajo, desempeñado siempre con total entrega y lealtad a los colores blanquiazules. Me comentó que aquella carta que le remití tenía un significado muy especial para él. Asimismo, me señaló que sentía un enorme respeto y valoración por todo el trabajo docente e investigador que se desarrolla en las universidades. Y que para él sería enormemente satisfactorio que sus dos hijos, como felizmente aconteció más adelante, cursaran estudios universitarios.

Ilusión, lealtad al Club e intensidad en el trabajo. La polémica en torno a su carácter era, en mi humilde criterio, un efecto secundario de su esfuerzo por ser mejor y por conseguir el máximo rendimiento de sus futbolistas. Carácter se ha de tener siempre ante la adversidad. Y mucho más cuando afrontas objetivos ambiciosos con medios limitados.

Porque Luis Ángel trabajaba como si el club fuera suyo. En los inicios en Segunda División “A” aceptó, sin el más mínimo reparo, los viajes en el mismo día fijado para el encuentro, renunciando a la comodidad, de la que disfrutaban otros equipos de la categoría, de pernoctar en un hotel la noche anterior al partido. Se trataba de llegar el mismo día de la disputa del encuentro, aunque el destino fuera Mallorca. El objetivo: poder ahorrar una cantidad de dinero que pudiera garantizar la nada fácil supervivencia del Club.

En Santiago de Compostela pude disfrutar de su pretemporada con el equipo gallego. Un privilegio verle trabajar aquel verano en su propia casa que alquiló en la capital de Galicia. En efecto, un técnico no termina su labor al concluir el entrenamiento. Pude comprobar, en primera persona, que es un entrenador extremadamente meticuloso y acceder a momentos de su intimidad profesional cuando respondía a las llamadas de la prensa.

FOTO: LA VOZ DE GALICIA

Me cautivó su actitud con los futbolistas que no tenían hueco en su equipo. Les buscaba una salida y hablaba de ellos siempre bien, reconociendo y elogiando su trabajo, con representantes y técnicos de sus posibles destinos. Me consta que los entrenadores al uso suelen desentenderse del futuro de los jugadores con los que no cuentan.

Duque puso a reventar el Estadio Multiusos de San Lázaro en Santiago de Compostela (desde el 8 de noviembre de 2018 oficialmente denominado Estadio Municipal Vero Boquete de San Lázaro, en homenaje a la conocida futbolista gallega). Un Estadio con capacidad para 16.666 espectadores y unas medidas de 105 X 68 metros.  

El conjunto de Luis Ángel Duque accedió a la promoción y superó todas las previsiones ante rivales destacadísimos: el Valencia B (hoy Valencia Mestalla) pleno de jugadores de enorme calidad y futuro, el Mérida (con un grandísimo equipo configurado a base de un elevado presupuesto) y el Fútbol Club Barcelona B en el que ya brillaban, “con cegadora luz”, los Xavi, Andrés Iniesta y compañeros de la, entonces ya inminente, época gloriosa del conjunto blaugrana.

Pero el mejor equipo de esa promoción, equipo con mayúsculas, fue la Sociedad Deportiva Compostela de Luis Ángel Duque Mata. Y el Estadio Municipal de San Lázaro fue testigo de una noche inolvidable, la noche del ascenso. El Presidente del Compostela le había dado tres años a Luis para situar al cuadro gallego en Segunda División “A” desde la igualadísima Segunda División “B” a la que había caído el conjunto santiagués.

El sábado 22 de junio de 2002, Luis Ángel Duque lograba un brillantísimo ascenso a Segunda División “A” en una campaña muy difícil con el Compos y no sólo por las elevadas exigencias deportivas. En efecto, no acompañó lo institucional. El Club presentaba una delicadísima situación económica que se había ocultado al técnico madrileño desde el momento mismo de su fichaje. En enero de 2002, comenzaron los problemas económicos, pero el colectivo forjado por Duque se mantuvo siempre arriba, como se dice coloquialmente “en la pomada”. Finalmente, se clasificó para la fase de ascenso en el Estadio Ruta de la Plata de Zamora, en la penúltima jornada.

Jugadores, técnicos y empleados de la entidad llegaron a acumular una media de cinco meses de atrasos en la percepción de sus nóminas a lo largo de aquella temporada de final feliz en lo deportivo. Lograr un ascenso en estas condiciones exigía, como así sucedió, acudir a un trabajo diario ilimitado y de tintes épicos protagonizado por una plantilla valiente, como su entrenador, que tuvo que afrontar aquel desafío tan complejo. Además, las dificultades económicas y los impagos a técnicos, futbolistas y demás empleados continuaron en el año 2003.

El 13 de abril de 2003 se decía en Libertad Digital sobre la Sociedad Deportiva Compostela comandada por Luis Ángel Duque: “Otra reflexión seria de la jornada es el cohete en el que se ha convertido el Compostela que dirige de forma magistral Luis Ángel Duque. Entrenar a un equipo sin cobrar durante todo el año cuenta con un mérito añadido. Es un plus especial el que posee este Compostela, que ha arañado tres puntos de oro al Badajoz (0-2). Maikel fue el héroe, en una delantera donde funciona al lado de Marcos Sequeiros, notable también en esta segunda vuelta”.

A Luis Ángel le querían también los seguidores en los Foros del Real Oviedo. En ellos se podía leer, en su literalidad: “Como han salido a la palestra los nombres de varios entrenadores y por sí a los del Consejo les da por echar un vistazo al foro, yo apunto mi hombre: Luis Ángel Duque, ex entrenador del Leganés, Almería, Cultural Leonesa y Compostela y actualmente colaborador de la Cadena Cope y director deportivo del equipo pepinero. Necesitamos alguien así”. 

FOTO: DIARIO AS

Un gran papel en la Cultural Leonesa y el brillantísimo ascenso con el Real Ávila fueron otros tantos hitos en la carrera de un entrenador extraordinario al que tengo el privilegio de conocer y de cuya amistad fraterna, que me integra como en el seno de su familia, me siento enormemente orgulloso. Es más, mi hijo, Daniel, tiene como madrina a la mujer de Luis Ángel Duque, Lourdes Cuadrado. Una persona realmente extraordinaria a la que cualquier adjetivo elogioso que se le trate de asignar se le queda pequeño, resulta insignificante. En este caso, se hace bueno el dicho de que al lado (en mi humilde criterio, nunca detrás) de un gran hombre hay una gran mujer. En lo que afecta a Lourdes, no es que estemos ante una gran mujer. Es que estamos ante una mujer excepcionalmente grande.

Referencia Bibliográfica recomendada.

El autor de estas páginas recomienda con el mayor entusiasmo una obra sobre el Club Deportivo Leganés que tiene las mejores virtudes que se pueden hallar en un libro de perfil histórico: es tremendamente ameno, está impecablemente bien escrito, maneja una cantidad y calidad de datos irrepetible en un libro de estas características, incorpora una preciosa colección de excelentes fotografías, tanto en blanco y negro como en color, y, en definitiva, cubre las aspiraciones del lector pepinero más exigente. En efecto, se trata de un amplio y muy ameno repaso a la historia del Club Deportivo Leganés desde su fundación en 1928. No en vano, estamos ante el primer libro que se ha escrito nunca sobre el cuadro pepinero desde una perspectiva multinivel: anécdotas, personajes, evolución de las camisetas, las dificultades de la posguerra, los logros deportivos alcanzados, etc. Se trata de la obra Memorias del Lega. Crónica de un ascenso y 22 historias pepineras que deberías saber, de Daniel Abanda Hernández y David Aguilera Ruiz, Leganés, 2015. Recomendamos en especial dos capítulos. El primero es el Capítulo 5, bajo el título Como en el 93. El Lega sube a Segunda por primera vez en su historia. Comprende las páginas 147 a 163. El segundo es el Capítulo 12, rotulado Un Duque con Ángel. Está integrado por las páginas 183 a 195. En realidad, de Luis Ángel Duque se habla en bastantes capítulos más. Por eso, yo recomiendo que se adquiera el libro y se proceda a una lectura tranquila del mismo. La obra lo merece sin ninguna duda. Debo confesar que he leído el libro varias veces y he disfrutado en todas ellas tanto como en la primera ocasión.

FOTO: DIARIO AS

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En aquella temporada del ascenso, todo empezó con la sencillez, la modestia, la humildad y la enorme capacidad de trabajo con la que concluyó. En efecto, aquella temporada dio comienzo el domingo 2 de agosto de 1992, a las 10:00 h, en el antiguo Estadio Luis Rodríguez de Miguel. Un magnífico entrenamiento, que presenciamos 21 personas, e incluyó, junto a una parte física, un espectacular partido. Recuerdo que en aquella sesión uno de los futbolistas, el centrocampista canterano del Atlético de Madrid y consumado lanzador de faltas, Eduardo Cañadas López, en aquella fecha en proceso de recuperación, se ejercitaba en carrera continua alrededor del terreno de juego del Municipal. Ese mismo día, al final de la sesión, un joven periodista de Antena 3–Móstoles preguntaba a Luis, en el acceso a vestuarios del entrañable Estadio Luis Rodríguez de Miguel, por los favoritos del ascenso. Nuestro técnico dio, entre otros, dos nombres de otros tantos clubes: el Racing de Ferrol y el Real Avilés Industrial.

Afortunadamente. en esta ocasión, Luis no acertó. Sería el Club Deportivo Leganés el Campeón absoluto, en Liga regular y Liga de ascenso a la Segunda División “A”.

Se refiere Luis a aquel maravilloso equipo que encumbró al Lega a la Segunda División “A”, esto es, al fútbol profesional, el 27 de junio de 1993, en un partido que se iniciaba a las 19:30 h. de aquel caluroso domingo. Un partido que le enfrentó al Elche Club de Fútbol al que derrotó por 3 goles a 0: “Aquel equipo lo formaban los chavales del barrio, gente del pueblo que sentía al Lega más que nadie. Aún recuerdo cuando íbamos corriendo del campo antiguo al gimnasio municipal, en la Plaza de Roma, y la gente nos vitoreaba al pasar por la Fuente Honda. Eso era de lo que más orgulloso me sentía. Mis jugadores no hacía falta que se besasen el escudo ¿sabes por qué? Porque lo llevaban puesto desde los 11 años”.

Como dijo uno de los futbolistas “criado a sus pechos” desde su más tierna edad, Alfredo Sánchez Benito, para los jugadores Duque era más que un técnico, un líder al que obedecer -no por obligación- sino por la convicción de su discurso. En palabras de Alfredo, “confiaba mucho en la gente de abajo, tenemos que agradecerle que tuviese el valor de apostar por los canteranos”.

Desde la campaña 1980-1981, en sus inicios con las categorías inferiores, hasta la 2009-2010, en la que abandona la entidad pepinera, Duque es el entrenador con más partidos en el banquillo, en un total de veinte temporadas.

Dentro del terreno de juego, el más longevo con la elástica blanquiazul es el inolvidable guardameta Javier Aguilera Gumpert, que disputó un total de 460 partidos oficiales en 13 temporadas consecutivas comprendidas entre 1983 y 1996.  El guardameta madrileño fue un indiscutible en casi todas las campañas en las que defendió la camiseta blanquiazul, viviendo la época de pleno crecimiento del club desde Tercera hasta Segunda División.

Eterno portero del Municipal Luis Rodríguez de Miguel, vivió las seis temporadas del club en Segunda División ‘B’ previas al primer ascenso a Segunda División “A” en 1993, del que fue muy destacado protagonista. Con 30 años, debutó en la categoría de plata del fútbol español, permaneciendo tres campañas más en el club hasta su salida al término del curso 1995/1996.

Toda una leyenda del club cuyos registros serán muy difíciles de superar en el futuro.

Los porteros del Lega durante la etapa de Luis ángel fueron realmente espectaculares. Al bueno de Aguilera, que tuvo una espectacular evolución con Luis Ángel Duque en el banquillo blanquiazul, se unía otro excepcionalmente guardameta al que formó Duque en la cantera pepinera: Mario Soria Amor.

Merece también una mención especial su ayudante en el banquillo pepinero. Rafael Cortijo del Yerro (nacido en Leganés, el 3 de julio de 1958). Fiel escudero de Luis Ángel, era también una persona de la máxima confianza del Presidente, nuestro entrañable D. Jesús Polo González.

En definitiva, como con toda razón afirma Luis Ángel, “en mi trayectoria en el Lega ha habido mucho más bueno que malo (o menos bueno), pero lo que nunca podrán cuestionarme es mi amor por estos colores”.

FOTO: GOLENBUTARQUE
  • APUNTES DE ACTUALIDAD PEPINERA

Definitivamente, la 2020-2021 está resultando complicada. A la pandemia, se une una nevada sin precedentes que trastoca los planes de trabajo de Martí.

Mientras siguen cayendo entrenadores por doquier: el aprendiz de nacionalista, el intocable Fernando Vázquez, cae en un Deportivo de La Coruña de lujo en la procelosa Segunda División B cuyo principal accionista, creo que por primera vez en el fútbol español, es un banco: la entidad financiera Abanca. Los ricos también lloran y el dinero no lo es todo en la vida…ni en el deporte, aunque ayude mucho en ambos escenarios.

El Fútbol Club Cartagena prescinde de su técnico, el abulense Borja Jiménez, en medio de una serie de problemas de Paco Belmonte con jugadores a los que puso detectives, aficionados en redes sociales y con un sector de la prensa local que le acusa de tratar de condicionar las opiniones de los periodistas.

Mientras, Óscar Cano cae en el Castellón y Michel en la Sociedad Deportiva Huesca.

En nuestro caso, y frente a las críticas destempladas de las redes sociales por parte de algunos seguidores, este pepinero sigue apostando por José Luis Martí Soler y su cuerpo técnico. Quiero insistir en que son muchísimos jugadores nuevos y un número elevado de futbolistas en plantilla (nada menos que 32, cuando las plantillas habituales oscilan entre los 23 y los 25 jugadores). Aunque ambas circunstancias tienen su razón de ser, no es sencilla la tarea del cuerpo técnico pepinero.

Ojalá, por el bien de nuestro Lega, me tengáis que dar la razón al final de temporada, queridas lectoras y lectores. Nada me agradaría más.

  • CITA DE AUTOR

“Los futbolistas, que son jóvenes, te hacen la radiografía nada más que cruzas la puerta del vestuario y les hablas un rato. Se fijan en tu aspecto corporal, en tu oratoria. Les tengo que mostrar mi liderazgo, pero sin imposiciones, solo a través de mi pasión por lo que hago y creo. El respeto no se impone, se ha de ganar con tu comportamiento con ellos, a través del conocimiento que les transmitas.

Estamos trabajando jugadas insistentemente, de las que yo llamo de laboratorio. Movimientos repetidos, mecanizaciones. En el fútbol está todo inventado, por más que haya gente que quiera descubrir cosas nuevas. Estamos machacando los desmarques de ruptura, los centros desde la banda, el chut desde diferentes posiciones (…) Cada día hacemos cuatro o cinco cositas, insistimos en detalles para que los puntas ganen en confianza. Es mi motivación diaria, son automatismos que nos van a dar rendimiento. Estoy seguro, convencido de que va a ser así”.

Juan Ignacio Martínez Jiménez, también conocido por sus iniciales, JIM, Entrenador del Real Zaragoza