Tras rescindir el año que le quedaba de contrato con el Valladolid, Omar Ramos ficha por una temporada con los pepineros con la premisa de recuperar su mejor nivel.
El jugador de Punta del Hidalgo, pronto pasaría del equipo de su colegio al más representativo de la ciudad para terminar recalando en las categorías inferiores de C.D. Tenerife. En el conjunto chicharrero fue quemando etapas hasta que Bernd Krauss le hizo debutar en la 06/07 con 18 primaveras en Segunda ante el Ciudad de Murcia. Previamente ya lo había hecho en Copa del Rey enfrentándose al Alavés. Solo jugaría tres partidos más para terminar la temporada cedido en el Lleida después de acordar no jugar más esa campaña con el filial. Con la entidad catalana solo disputa cuatro encuentros.
Volvería la isla para jugar con el Tenerife «B» en Tercera, pero tendría dos escarceos con el primer equipo, en la jornada 7 ante el Córdoba y en copa ante Málaga. Con el filial participó en más de 24 partidos en los que marcaría dos tantos, quedando en la 13º posición liguera.
Sin embargo al año siguiente consiguieron el campeonato y la doble oportunidad para tratar de conseguir el ascenso. Eliminados por el Espanyol «B» en el duelo entre campeones de grupo, en la repesca ganaron al Málaga, pero fue el Sporting Mahones quien les privó de la gloria en la eliminatoria final. Meses después debido a los descensos administrativos conseguían una plaza en dicha categoría, la 2ªB. Omar Ramos cuajó una gran campaña disputando 24 partidos y marcando 5 goles.
El ascenso del primer equipo a la Máxima División del Fútbol Español, no fue un impedimento para él, alternando ambos conjuntos hasta que se hizo un fijo en la escuadra de José Luis Oltra. A pesar de su contribución los insulares no consiguieron mantener la categoría, volviendo a la segunda división. El puntero jugó dos partidos con el filial, dos de copa y 23 de liga. No todo fueron lágrimas para Omar, consiguió debutar un 17 de noviembre ante Holanda con la camiseta de la selección española sub 21.
La siguiente campaña (10/11), se fue hasta los 36 encuentros (35 de liga y uno de copa) siendo un fijo para todos los entrenadores que ese año desfilaron por el banquillo del Heliodoro Rodríguez López (Arconada, Merino, Mandía, Tapia, Amaral), consumándose el descenso a 2ªB.
A pesar de haber prorrogado su contrato un año más, no estaba muy por la labor de bajar un escalón deportivamente y acabó cedido en el Almería, donde entre lesiones y la poca confianza que le dio Lucas Alcaráz terminó jugando 11 partidos, ocho de liga y los restantes de la competición copera, haciendo las maletas a Huesca en el mercado de invierno. Allí volvió a despertar su mejor fútbol y consiguió, junto con el equipo, salvar a los oscenses de la quema de 2ªB en los veinte partidos que actuó, anotando un tanto.
Acabada su etapa en el Tenerife, firmó con el Huesca y éste lo cedió al Valladolid para que jugar de nuevo en Primera. Fue importantísimo para Djukic, a sus órdenes disputó 35 partidos (un gol), siendo uno de copa. La siguiente campaña ejercían su opción de compra prorrogando su contrato hasta 2016 con la entidad pucelana. Con Juan Ignacio Martínez comienzó con la misma tónica pero fue perdiendo protagonismo hasta desaparecer del terreno de juego mientras el conjunto vallisoletano se hundía en los puestos de descenso. Cerraba su ciclo de dos años en primera con otros 25 partidos sumado a uno de Copa del Rey.
Nos situamos entonces en la pasada campaña. A pesar de participar en 38 encuentros (32 de liga, cuatro de copa y dos de playoff de ascenso), nunca fue uno de los fijos para los intereses de Rubi, que siempre apostó por Mójica en detrimento del canario. En cambio si le dio tiempo a enfrentarse a su nuevo equipo. Fue en Zorrilla, en la jornada 36, que acabó con victoria local. Un resultado totalmente contrario al vivido en Butarque donde vio a los blanquivioletas perder desde el banquillo.
Zurdo, rápido, con desborde, habilidad, regate y buen asistente. Esas son las cualidades de Omar Ramos. Un gran asistente que cuando tiene confianza puede ser uno de los jugadores más desequilibrantes del campeonato. Puede moverse por cualquiera de las tres posiciones por detrás del delantero aunque su posición natural es la de interior izquierdo. A pesar de sus escarceos extra futbolísticos, Asier Garitano confía en recuperar su mejor versión. Eso sí, tendrá que pelearla ya que su posición es sin duda una de las que cuenta con mayor competencia.